Capítulo 16

259 7 0
                                    

16

-Esta noche, en el festín, vas a poder asistir y podrás conocer al fin a mi padre... -le dijo Thor mientras comían

-¿Por fin voy a poder ir al festín? -preguntó Ian ilusionado- ¡ya era hora! ¡al fin podré conocer a Odín! todo el Valhala lo conoce menos yo...

-Y yo -se añadió Hank para que lo tuvieran en cuenta

-Sí, Hank, tú también podrás asistir... -lo invitó Thor

-Y yo no iría a ningún sitio, sin mi dreng... -le dijo Ian

-¿De veras me consideras tu dreng? -le preguntó Hank que todavía no se lo creía

-Pues claro, eras el mejor dreng de mi padre ¿por qué no ibas a ser el mío? -le contestó Ian

-Tú también eres ahora mi mejor dreng, Ian... -le devolvió el cumplido el troll

En el reino de Aquasea, los padres de Serenity seguían preocupados y preguntándose dónde y qué estaría haciendo su hija. Habían interrogado a todo el reino para saber si alguien sabía algo o había visto a Serenity, pero nadie sabía nada de la princesa. También habían preguntado a Gisela y a Jim, que fueron los primeros a quienes interrogaron, pero estos negaron saber algo de Serenity, Gisela sugirió que se habría escapado.

Un día, Gisela siguió a Jim y descubrió que visitaba con frecuencia a Serenity y que se había hecho muy amigo de los niños humanos.

-Así que ya la has perdonado -le dijo Gisela cuando el pequeño sireno llegó al palacio de Aquasea

-¿De qué me estás hablando? -le preguntó haciéndose el que no sabía

-Jim, no te hagas el tonto, sabes perfectamente de quién te estoy hablando... -dijo resaltando el "quién"

-Sí, la perdoné... -confesó con frescura -y de hecho me hice muy amigo de los niños humanos -¿y tú cómo lo sabes, Gisela? ¿acaso me seguiste? ¿por eso me has descubierto?

-Sí, lo admito, te seguí... -confesó la sirena con la misma frescura que Jim -creía que tú odiabas a los humanos...

-Y así era... hasta que mi tía, me mostró y me enseñó que no todos los humanos son unos asesinos... los humanos con los que ella está son personas honorables y muy amables y gentiles... -dijo el sireno

-¿Ah, sí?

-Sí, tía Serenity no podría estar mejor cuidada, ni en mejores manos... y por cierto ¿no crees que es hora de que tú hagas lo mismo y la perdones? si yo que odiaba a los humanos más que a otra cosa en el mundo la perdoné ¿por qué tú que te gustaban no puedes hacerlo? -le preguntó

Gisela suspiró.

-Puede que tengas razón... ya es hora de que me trague todo mi rencor y la perdone... si ahora está bien y es feliz ahí, yo no debería enfadarme, sino todo lo contrario, alegrarme por ella y por su felicidad... -razonó la sirenita

Y así fueron los dos a la superficie.

Serenity se sorprendió mucho al reencontrarse con su prima.

-¡Gisela! ¿cómo es posible?... creí que seguirías enfadada conmigo... -le dijo

-Venía a perdonarte... -le respondió Gisela

-¡Oh, prima! -dijo Serenity abrazando a su prima

-Al fin he comprendido, que he sido muy egoísta y si eres feliz aquí, yo no soy quien para negarte y reprocharte nada... eres mi prima y te quiero... y por eso quiero que seas feliz... y si eres feliz aquí con los humanos yo me alegro por ti... -le dijo su prima

El amor del vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora