Capítulo 25

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-Mañana empezaremos con el entrenamiento... -le dijo Odín

Ian ni siquiera contestó.

-No te preocupes por la muchacha... sufrirá por tu ausencia pero... es muy fuerte... y muy valiente, se ha atrevido a desafiarme... -dijo el dios que había escuchado las amenazas de Serenity y por eso le había pedido a su hijo Thor, el dios del Trueno, que le mandara la lluvia -pero... su fortaleza le será recompensada para que no sufra por ti, tendrá un consuelo que le pedí a Freya que le concediera... razón por la cual está todavía más furiosa...

-¿Ah, sí? ¿cuál? -preguntó Ian interesado -¿qué consuelo?

-No es el momento de que lo sepas, todavía... pero tranquilo, lo sabrás... por ahora, confórmate con lo que te digo... Serenity logrará alcanzar la felicidad a pesar de estar lejos de ti, pero te seguirá echando de menos... ningún dios puede borrar el dolor y la pérdida de la persona amada... -le dijo Odín -y por desgracia tú vas a continuar sufriendo por no estar junto a ella...

-A mí no me importa sufrir, lo único que me importa es que no sufra ella... eso es lo único que quiero... prefiero sufrir yo por los dos...

-Se nota que la amas... eso, hijo, es el amor verdadero... no se ve en todos lo mundos... -dijo Odín

-Quiero decirte una cosa... cuando haya terminado todo esto, y haya acabado la guerra del Ragnarok, si sigo vivo...

-Sí, si sobrevives al Ragnarok, serás de vuelto de inmediato a Midgard junto a tu esposa... -adivinó lo que quería pedirle el dios -yo puedo ver tu futuro, pero no puedo ver qué será de nadie después del Ragnarok... por eso, no te puedo decir si vivirás o no, porque ni yo mismo lo sé... -le explicó Odín

A la mañana siguiente, justo después de que el dios del día, Dag, pasara por los mundos, Ian se despertó temprano para empezar el duro entrenamiento que le esperaba con su maestro, Odín.

Pasaron los días y Serenity y el clan de los Farney habían llegado ya a Nidaros.

-Serenity, ahora todo Nidaros y todos los territorios que Ian y su familia conquistó te pertenecen... recuerda que ahora tú eres la reina de Nidaros... -le dijo Sven

-¿Para qué quiero ser la reina si no tengo al rey que gobierne a mi lado? yo no quiero ser la reina si Ian no está aquí conmigo...

El entrenamiento con Odín dejaba a Ian fatigado, pues tenía que controlar los poderes y dominarlos y muchos veces ellos lo dominaban a él si se dejaba llevar por la ira.

-¡Aguanta un poco más! -le decía el dios padre

Ian intentaba controlarlos y canalizar su energía un poco más, después de haberse motivado y hecho surgir los poderes, cosa que ya sabía hacer, el problema era aguantar un tiempo soportando el gran poder que desprendía su cuerpo.

Las bolas de fuego que creaban eran enormes y se incrementaban cada vez más. Pero Ian no pudo conseguir aguantarlos ni soportar o resistir tanto poder y los expulsaba.

-Casi lo consigues... ya queda menos... te queda muy poco para poder controlarlos... -le decía Odín -sólo que aún no estás listo...

-¿Crees que me queda mucho? -le preguntó Ian

-Por desgracia, el Ragnarok se acerca, no sabemos cuando será, porque es inesperado, pero será muy pronto...

El amor del vikingoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora