24
La batalla había comenzado, Hank e Ian estaban combatiendo valiente y fuertemente contra todos los Bersecks que se le cruzaban por delante, pues ahora los vencían con gran facilidad, puesto que eran muchísimo más fuertes que antes.
Sven se quedó en el barco con Serenity, como estaba previsto, vigilándola y cuidándola y sobre todo, Sven tenía la difícil tarea de tranquilizarla y consolarla, puesto que Sven conocía toda la verdad, sabía que si se lo dijera, Serenity se escaparía del barco e iría a buscar a Ian para no dejarlo marchar y que debía ser muy delicado y no mencionarle nada, sabía que en cuanto se diera cuenta de que Ian no iba a volver esta vez, Serenity sufriría más de lo que había sufrido hasta ahora, porque por lo menos antes tenía esperanzas, y ahora Sven sabía, porque se lo habían dicho Ian y Hank, que no iban a volver y había recibido la orden del rey de los Farney de que sólo podría contarle a Serenity la verdad cuando ésta se hubiera enterado que Ian no volvería.
Serenity ya estaba muy preocupada por Ian, no podía vivir con tanta incertidumbre, porque volvía a tener en su corazón aquel horrible presentimiento de que no volvería a verlo nunca y ya había intentado huir del barco y sin éxito porque Sven se lo impidió y la amenazó con atarla si volvía a tratar de escapar, así que Serenity no lo volvió a intentar, pero nadie podía quitarle la angustia que sentía y esperaba que su corazón se equivocara por una vez, por lo menos esta vez, e Ian volviera, pero esa era la única esperanza que tenía, porque en lo más profundo de su alma, ella sabía y era bien consciente de que su corazón nunca se había equivocado y le estaba diciendo que Ian no iba a volver, pero Serenity se negaba a hacerle caso y aceptar lo que le estaba diciendo su corazón a gritos.
Ian fue a buscar y reencontrarse con el rey Hakon.
-Tu pueblo prometió no volver a atacarnos... -dijo Hakon -aunque claro, vosotros, los nórdicos sois unos tramposos...
-Mi pueblo lo prometió, yo no... no estaba aquí... -contestó Ian
-Creía que habías muerto no huido... no sabía que fueras tan cobarde y me tuvieras tanto miedo... -le dijo Hakon
-No huí, ni escapé, ni mucho menos tengo miedo de alguien al que puedo matar con el dedo meñique y los ojos cerrados a la vez... -dijo Ian corrigiéndole
-Entonces ¿dónde has estado?
-Muerto... ¿no te lo dijo tu chamán?...
-Ella dijo que volverías, pero no sabía cuándo... debo reconocer que nos has pillado desprevenidos, no te esperábamos...
-¡Qué pena! hubiera sido una batalla más interesante si os hubierais preparado y no os hubiéramos agarrado por sorpresa...
-La última vez te maté... ¿por qué piensas que no voy a conseguirlo ahora?
-No me mataste, los dioses adelantaron mi muerte... -le volvió a corregir Ian -yo no debía morir todavía... -le explicó Ian para que le quedara claro
-Así que has estado en el Valhala... -dedujo Hakon -¡pues entonces será todo un honor y un privilegio para mí regresarte al mundo de los muertos!
La lucha comenzó. Empezaron utilizando las espadas e Ian consiguió herirle en el brazo, pero el rey Hakon le había hecho un corte en la mejilla a Ian, que ahora estaba sangrando, y después, Hakon tiró la espada al suelo porque le dolía el brazo ya que le había hecho una herida muy profunda y podría habérselo cortado del todo, pero decidió no hacerlo porque tenía otros planes, quería que ese Berseck utilizara sus poderes y así le serviría como entrenamiento para aprender a controlar sus propios poderes.
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El amor del vikingo
FantasyHistoria sacada de mi baúl de los recuerdos. Me la inventé de niña. Es una novela romántica. Un romance entre un vikingo con un ser muy especial. Hay batallas entre dioses nórdicos, vikingos, y todo tipo de seres mágicos. Pero sobre todo amor y roma...