Una semana entre lo que Sakura había dormido y despertado. Hermione y Harry habían conseguidos cabellos de muggles para poder ir al valle de Godric.
Se Aparecieron en el pueblo protegidos por la oscuridad, la tarde estaba ya avanzada cuando
finalmente se bebieron la Poción Multijugos, Harry transformándose en un muggle calvo y de edad madura, Hermione en su pequeña y bastante tímida esposa.Harry miraba las puertas principales, sus techos cargados de nieve, y
sus porches, deseando poder recordar alguno de ellos, sabiendo en el fondo que eso era imposible, que tenía
menos de un año cuando dejó este lugar para siempre.Ni siquiera estaba seguro de si podría ver el chalet después de todo; no sabía lo que pasaba cuando todos los relacionados con un Encantamiento Fidelius morían. Entonces, la pequeña vereda por donde caminaban se curvó a la izquierda hacia el corazón del pueblo, en donde apareció una pequeña plaza. Acordonado en todo su alrededor con luces de colores, había lo que parecía como un monumento en su centro, en parte oscurecido por la sombra de un árbol de Navidad. Había algunas tiendas, una oficina de correos, un bar, y una pequeña iglesia cuyas vidrieras de colores lanzaban un resplandeciente brillo a través de la plaza. Aquí la nieve tenía otro efecto: Era dura y resbaladiza, como si la gente la hubiera estado pisoteando todo el día. Se cruzaron con algunos habitantes, sus figuras débilmente iluminadas por los faroles. Escucharon algunas risas y música pop en un momento en que la puerta del bar se abrió y se cerró; después escucharon el principio de un villancico dentro de la pequeña iglesia.
— ¡Harry, creo que es Nochebuena! —dijo Hermione.
— ¿Si?
— Estoy segura de que sí — dijo Hermione, con los ojos fijos en la iglesia — Ellos… estarán dentro,¿verdad? Tu padre y tu madre. Puedo ver el cementerio detrás... — Harry sintió un estremecimiento más allá de la emoción, más parecido al miedo. Quizás Hermione sabía cómo se sentía, porque le tomó la mano y dirigió el paso por primera vez,
arrastrándolo con ella::
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Noche buena en Konoha, Sakura había sido invitada a una fiesta de navidad, donde iban a estar todos sus conocidos, aunque ella no se sentia segura de ir, con todo esto que le estaba sucediendo, no sabia si era buena idea una fiesta.
— Con más razón necesitas una fiesta, Frente — Sakura estaba en la casa de Ino, que no sabia como la había convencido para que vayan juntas.
— No se, cerda no quiero pensar que mientras yo estoy relajandome en una fiesta, sin saber que estarán haciendo Fred o George, o el trio de oro... — Ino la tomo por los hombros y la sammarreo
— Escucha frente, necesitas dejar de pensar un poco en ellos, te estas haciendo mal! Ya vas a volver, no te preocupes, no los vas a dejar abandonados, ahora empieza a cambiarte, abrá muchos chicos guapos.
— Cerda, estoy comprometida.
— Un coqueteo no le hace mal a nadie, vamos a divertirnos ellos no se enterarán.
— Por más que no estén, no voy a coquetear con nadie, iré contigo y ya, tampoco abuses.
— De igual manera, nos podremos guapas!
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— Harry, están aquí… justo aquí. —
Y él supo, por su tono, que esta vez eran sus padres. Se encaminó hacia ella, sintiendo como si algo muy pesado le oprimiera el pecho, la misma sensación que había tenido justo después de que Dumbledore hubiera muerto, una aflicción que pesaba sobre su corazón y sus pulmones. Estaba hecha de mármol blanco, como la de Dumbledore, y eso la hacía fácil de leer, pues parecía
brillar en la oscuridad. Harry no necesitó arrodillarse o acercarse demasiado para leer las palabras talladas en ella.
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Magic School2☆
Fanfictionsegunda parte de Mágic School☆ Estos años que le quedaban no serían fáciles, una batalla aguardaba. Armarios, fiestas, bodas, funerales. El regreso del que no debe ser nombrado. Se aproxima una guerra, quien ganará? Los personajes le pertenecer a...