- Tiene que ser una broma de mal gusto. - mascullo al ver que dios no estaba bromeando.- No lo es. - confirmo el supremo con seriedad, mientras apuntaba con su palo y golpeaba la pelota de golf, acertando como siempre.
- No puede ser. - farfullo, sin creer lo que estaba oyendo y le pregunto - ¿Cómo puede ser que me quieras enviar ahora, después de todo lo acontecido?
- Arggg ¡Yo mío! ¡Yo mío! - maldijo, sorprendiéndose de la ira de su ángel mas desobediente y benefactor. - Deberías de estar saltando de nube en nube, Frinchenchunchen. La verdad, no cambias mas vos.
- ¿Y que se supone que voy a hacer e la tierra? - le inquirió con molestia. Después de todo ese tiempo, el se había acostumbrado a la apacible vida en el cielo. La tranquilidad del lugar, ver a sus padres, familiares en la tierra felices y sobretodo a flor, quien se desvivía por sus hijos y por el conde. De alguna manera, todo estaba bien ahora y no había razón alguna para que dios lo quisiera enviar AHORA.
- Pienso que te mereces una segunda chance de ser feliz, frinchenchunchen. - le contesto, como si estuviera hablando con un nene. - Necesitas experimentar todo aquello que no pudiste por el temor al que dirán. Lo tomas o lo dejas.
El rubio lo pensó un momento y se convenció de que, tal vez, solo tal vez, dios tenia la razón. Su vida había sido muy caótica mientras estuvo a cargo de su vida. Cierto que daría su vida por ellos (Vaya ironía) , pero la verdad es que se olvidado de quien era con tal de hacer lo que los demás querían, perdiendo su autentico yo.
- Esta bien. - claudico fede, mirando con seriedad al supremo con desconfianza.
- Recorda, frinchenchunchen, que debes evitar que tu familia sepa la verdad. - le ordeno este con seriedad y le deseo - Que tengas una feliz segunda vida.
El ojimarron asintió con seriedad y se dirigió a toda velocidad hacia el portal, bajando al mundo de los vivos por tercera vez en muchos años.
Abrió los ojos y se encontró rodeado oscuridad, como si estuviera encerrado. Suspiro y se enfoco en no entrar en pánico. Que raro se sentía el oxigeno entrar en su cuerpo, luego de mucho años estando muerto. "Debo de estar en mi sarcófago, ¡Mierda! ¿Cómo se supone que escaparía de allí?" No tuvo mucho tiempo de pensar mucho cuando sintió que una fuerza invisible lo abría. Sin entender mucho que estaba pasando, se levanto de aquel horrible cajón y miro a su alrededor con suspicacia. Se sorprendió al ver que estaba en una bóveda, una bóveda que conocía muy bien. Era la bóveda de sus padres, ¿Cuándo lo habían trasladado? Sin embargo, decidió no perder el tiempo en memorias dolorosas e intento derribar la puerta. Una, dos, tres veces con el pie y escucho que la madera cedía e intento una vez mas, abriendo la puerta. Sin pensarlo mucho, se dirigió hacia la salida totalmente seguro del camino. Pues había recorrido aquel camino ciento de veces cuando sentía que no podría cargar con la responsabilidad familiar. Negó con la cabeza, sabiendo que no era momento de lamentarse. Lo hecho, hecho estaba. Como dijo dios, esta era la oportunidad que había estado esperando desde que había enmendado sus errores. Y no la desperdiciaría por nada del mundo.
Una vez fuera, no supo que hacer. ¿Qué hacer en este tipo de situaciones, cuando no sabes a donde ir? No tenia a nadie en ese momento, solo a si mismo. Opto por ir al lugar que lo había visto crecer. Según recordó (Al menos dios no le había borrado la memoria), su familia no debía saber nada. Con lo cual, podría observarlos de lejos, al menos un ratito. Sabia que no tenia lógica, pero quería asegurarse de que estuvieran bien. El se encargaría de ser feliz, pero el sentido de protección que sentía para con su familia jamás desaparecería.
Cuando llego, luego de caminar como un condenado por toda la ciudad, se llevo una sorpresa al ver que la fachada no había cambiado en lo absoluto. Cientos de recuerdos de su infancia se acumularon en su mente. Recuerdos de una era mucho mas feliz, en donde la responsabilidad no parecía agobiarlo. De repente, vio como un auto se detenía y bajaban cinco personas, una mujer, un hombre y lo que parecían ser tres chicos. Recordando las palabras de dios, oculto su cuerpo detrás de un árbol y asomo la cabeza de nuevo. Maldijo cuando una de los tres chicos y la mujer lo miraron con una ceja alzada. ¡Mierda! Lo habían visto. Opto por salir de su escondite y fingir que se había equivocado de dirección. Mientras tanto, la mujer lo observo con extrañeza, dado que su figura le parecía conocida.
- ¿Quién es ese señor, mama? – le interrogo la menor de sus tres hijos, observando la manera en que miraba al forastero de pelo rubio y ojos color tierra.
La pregunta la agarro desprevenida a la mujer y le contesto con nerviosismo – No lo sé, hija. Supongo que será alguien que se equivocó de dirección.
- Si vos lo decís. – le contesto Sofía y se alejó rumbo a la casa, dejando a su madre sola con sus sombríos pensamientos. Él sabía que no debía interferir en su vida, dado que su misión era muy clara y precisa. Pero no pudo evitarlo, necesitaba asegurarse de que se encontraba feliz y a salvo.
- ¿Quién será? – se preguntó a sí misma, siendo prisionera del revuelo causado en su interior. Luego le resto importancia y se dirigió rumbo a la casa.
Mientras tanto, una mujer a unos metros de el rubio parecía observar a fede desde hace rato. Luego emitió un gemido de sorpresa, alertándolo de su presencia. Desvió la mirada de la casa con molestia y se concentro en esa chica que parecía conocerlo de algún lado.
- Esto no puede ser. – susurro la chica, alternando su mirada entre él y la mujer que entraba en su casa. - ¿Cómo es posible? Se supone que...
- Perdón, ¿Pero te conozco de algún lado? - le pregunto con escepticismo.
- No. – respondió ella y continuo – Pero me parece que estas un poco perdido.
- Puede ser. -le contesto fede, simulando buscar una dirección - Pero no importa. Leí que estaban tomando gente para trabajar por acá, pero se ve que me equivoque.
- Supones bien. - le respondió la chica con desconfianza. Sin embargo, lo observo de arriba abajo y se extraño al verlo muy bien vestido. DEMASIADO para una entrevista de trabajo y soltó una risa, atrayendo la atención del rubio.
- ¿Qué pasa? - pregunto el ojimarron con impaciencia.
- ¿Así vas vestido a tus entrevistas de trabajo? - le cuestiono con burla y fede se vio a si mismo por primera vez desde su vuelta a la tierra. No podía ser, estaba vestido con un traje muy elegante y con astillas de lo que parecían haber pertenecido a la puerta de la bóveda. Soltó una maldición interna al ver lo ridículo que debió de haberse visto caminar por toda la ciudad con esa pinta.
- Este....si - le contesto sin querer parecer estúpido y para desviar el tema, le interrogo - Por cierto, ¿Vos quién sos?
- Diana. - le dijo la chica y le inquirió - ¿Y vos?
- Ehh...- titubeó para luego contestar - Friedrich.
- ¿Fredich? - pregunto diana con sorpresa - Bueno, perdóname si no puedo mencionarlo bien.
Fede se rio y contesto con amabilidad - No pasa nada.
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¿Fede podrá adaptarse a esta nueva realidad? ¿Sera lo suficientemente valiente para enfrentar todos sus miedos? Véanlo en el próximo capitulo de "Y si no fuera Florencia".
Siempre tuve ganas de que Fede tuviera una segunda chance sin modificar las dos temporadas de Foricienta y esta es mi version xD Espero les guste!
Saludos!!!!
PD: Ya estoy trabajando en el ep 21 de Tormento XD Perdon por el retraso!!!
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Si no fuera Florencia
FanfictionDios ha decidido darle una nueva chance a Federico de ser feliz. No obstante, lo tendrá que hacer por sus propios medios y dejando atrás un pasado que lo ha estado persiguiendo hasta ahora. ¿Lograra ser feliz?