Capítulo seis

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Kari se dedica a mover la comida, mientras yo pongo la mesa, es así como debe ser por el bien de nuestros estómagos.

Soy un desastre en la cocina, quemaría la casa completa o nos envenenaria a todos.

—No se como vas a sobrevivir cuando vivas sola.

—Existe la comida en latada. Le guiño el ojo y ella pone los ojos en blanco.

Escuchamos el sonido de la puerta principal al ser abierta.

—ya regresamos niñas. Esa son las voces de papá y mano.

—aquí. Gritamos juntas al unísono.

Mis padres entran a nuestra pequeña cocina, se notan cansados pero aún así nos sonríen.

—Hola papi. Me acerco y le doy un beso en la mejilla. —Hola mami. Sonrío mientras beso su mejilla.

Kari apaga la estufa y también se acerca a saludar.
—vayan a lavarse las manos, ya vamos a cenar.

Mi padre sonríe a mi madre. —¿Cuando crecieron tan rápido?

Mi madre nos sonríe.
—Mis niñas siempre fueron más grandes que otras niñas.

Y tiene razón, Kari y yo crecimos viviendo en muchos momentos las crisis económicas de la familia, muchas veces nos quedamos sin regalos en navidad, y lo entendimos.

Creo que eso nos hizo madurar.

Papá y mamá, suben a su habitación para dejar sus cosas y lavarse las manos, cuando regresan yo les sirvo de comer a todos, y luego me siento yo.

—¿Como les fue hoy niñas?
Pregunta mi papá, no conozco a otro papá que sea como él, siempre interesado en nosotras.

—Bastante bien, Sophie y unos amigos de ellas nos invitaron a comer. Comienza a contar Kari.

—¿Todo bien cielo? Cuestiona mi mamá, ella conoce a Sophie y se imagina la clase de personas que la rodean, pero no sabe hasta que punto llegan esas amistades. —¿No fueron groseros con ustedes?

Mi hermana niega con la cabeza. —Para nada, fueron muy agradables.

Mi hermana me sonríe, ambas quedamos en que no comentariamos nada de la fiesta, y que le diría a sophie que iríamos mañana depues de la escuela a ver a nuestra tía.

—¿Son los chicos que las invitaron a la fiesta? Cuestiona mi padre.

—¿Que fiesta? Cuestiona mi madre mirándome primero a mi y después a Kari.

—El papá  de sophie me comentó que su hija y nuestras niñas habían sido invitada a una fiesta mañana, que sería a una hora de aquí.

Mierda, Sophie.

El celular vibra dentro de mi sudadera.

—no conocemos a los chicos de la fiesta. Dice mi madre.

—Pero Cassie sabe cuidarse y cuidar a Kari.

Ojala supiera como cuidar mi corazón.

A la mañana siguiente, Karime va a mi lado caminando hacia la escuela.

—¿Que haremos ahora?

La miro, no quiero que ella tome algún vicio como los de Sophie, no quiero que vaya a esa fiesta.

Pero creo que no tengo opción.

—Iremos, pero no bebes nada que te den, y que no hayas visto de donde lo sirvieron, si estás cerca de alguna maceta finges que lo tomas y lo tiras cuando nadie te vean en la maceta.
Le cuento mis trucos.
— y no te despega de mi en ningún momento.

Cautivada Por Sus MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora