capitulo 23

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AVISO IMPORTANTE ‼️

El siguiente capítulo cuenta con lenguaje explícito, así como fuerte violencia, personas sensibles huyan de aquí.

Los ojos son el espejo del alma, al menos eso solía decir mi madre, ahora entiendo porque los ojos de Connan son tan negros, el no tiene un alma, y si la tiene está vacía.
Y aún así lo amaba, era una tonta, por seguir sintiendo amor, cuando ese ser era incapaz de sentir algo, lo supe cuando llegó a la habitación, su camisa estaba manchada de sangre.

Se acerca a mi, piensa que estoy dormida tal vez, lleva un cigarrillo en los labios, se acomoda a mi lado, mientras fuma, acaricia mi cabello, es la primera vez que siento el miedo real corriendo por mis venas, latiendo levemente en mi, sigue sin evitar que desee estar con el.

Parece que deseo ser destruida por el, no me importa ser ceniza si ardo con el.

—Se que estás despierta. Dice. Deja el cigarrillo en la mesita. —Tu respiración cambio apenas entre. Huele a tabaco y alcohol, mezclado con el olor metálico a sangre, me besa la mejilla, con cuidado, cómo si fuera una muñeca de porcelana.

—Sueltame. Le pido, cuando lo que quiero pedir es todo lo contrario, pero debo ser fuerte y resistir, no quiero ser arrastrada por completo a su infierno, aunque intuyo que ya es tarde para mí.

—Hueles a sangre. Susurró.
Lo siento sonreír contra mi mejilla, una mordida muy sutil.

—Tu dueño es un asesino, así que acostumbrate al olor de la sangre.

Me estremecí al escucharlo, el lo ha confesado, es un asesino, es un demonio, el demonio al que amo.

Mi voz es algo que no encuentro, me quedo quieta mientras el me acaricia, besos con sabor a alcohol, se levanta y aleja de mi cuerpo.

—Anda levántate, quiero que nos demos un baño antes de irnos.

Me enderezó sobre la cama, y abrazo mis rodillas, —¿Irnos?

—Si, irnos ya, ahora levántate y vamos a bañarnos.

El corazón, ese órgano al que todo el mundo le atribuye los sentimientos, cuando lo único que hace es palpitar, se me quiere salir del pecho de lo rápido que va, y no se porque razón, Connan se desnuda frente a mi, su cuerpo es glorioso, hermoso, y sus ojos no dejan de mirarme como una invitación al infierno.

No puedes caer de nuevo. Me digo a mi misma mientras aparto la vista de él, no debo.

—Ve tu, yo no tengo ganas. Digo mientras miro mis rodillas.

—De cuando acá yo hago lo que una niña tonta dice. Me dice duramente. —¿Cuándo entenderás que si yo digo que saltas, lo haces y punto? ¡Yo mando aquí y tú obedeces!

Levanto la mirada y solo para ver como su mano va violentamente hacía mi rostro.

Las lágrimas que invaden mis ojos no son comparables con el miedo y el coraje que me domina.

—¡No me vuelvas a tocar maldito hijo de perra!
Grito mientras tiemblo.

Los ojos de Connan llamean mientras se lanza contra mi, siento su cuerpo contra el mío, y forcejeo, no quiero que me toque no lo quiero cerca.

—¡Eres mi puta muñeca! Yo hago contigo lo que se me de la maldita gana. Dice mientras me golpea nuevamente en la mejilla. 

Siento un líquido bajar por mi nariz y mojar mis labios, siento el sabor metálico de la sangre, y comienzo a lanzar puños.

Cautivada Por Sus MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora