ՏϴᏞᎪᎷᎬΝͲᎬ ᎪᎷᏆᏀϴՏ - narusasu

Dudas.

—¿Que vamos a hacer?

Era una fría madrugada de Octubre y caía una leve lluvia. Dentro de la cabaña se escuchaba la lluvia golpear los cristales, afuera no había más que árboles y unos cuantos arbustos.
La chimenea estaba a punto de consumirse y la madera de la cabaña crujía en sus adentros.
—No podemos Sasuke aún no... Ya hemos hablado de esto— menciono Naruto con un leve tono de fastidio mientras se acomoda en su almohada.
—Ya han pasado cuatro años y no puedo seguir mintiendo más— dijo mientras observaba por la ventana una rama a en la corteza de un árbol
—Te prometo que hablaremos de eso después, por ahora me tienen muy atorado con el asunto del aniversario.
—La última vez me dijiste lo mismo— casi grito Sasuke sentándose de golpe sobre la cama.
—Espera a que pase el aniversario, así podré pensar más claramente sobre lo que tenemos que hacer— mencionó mientras posaba sus dedos sobre sus sienes —Por ahora sólo disfrutemos el tiempo que tenemos juntos, y acuéstate de una vez— dijo tratando de sonar amable.
Sasuke permaneció sin quitar la vista de la ventana y con la mirada perdida.

Llevaban ya un tiempo viéndose a escondidas en este lugar apartado de la aldea donde podían ser ellos mismos y demostrarse sus sentimientos. Habían acordado verse algunas veces al mes con la condición de que dentro de la aldea serían los colegas de siempre con vidas normales. Saliendo de la cabaña solo eran amigos.
La vida de Sasuke dentro de su matrimonio era lo que todos esperarían, un esposo ejemplar y tenía una adorable hija que era lo que más quería. Su esposa Sakura era comprensiva y una muy buena madre, él siempre procuraba de estar a la hora de la cena, le gustaba ver cenar a su hija mientras ella le contaba su día en la academia. Por las noches cuando todos se iban a dormir él pensaba en Sakura como lo estaba haciendo ahora
<Sakura no merece esto>
Nunca fue un esposo que demostrara sus emociones, sin embargo él la quería y le agradecía por tener una familia y un hogar al cual regresar, como odiar a Sakura cuando ella siempre estaba para él. Pocas veces la abrazaba pero cuando lo hacía era por que realmente lo sentía y sentía amor y agradecimiento y amor... O al menos eso creía, pero desde hace un tiempo lo único que sentía era remordimiento
<Sakura no merece esto>
Sasuke sentía que ya le había traído muchos problemas en su vida y cuando la veía por la mañanas cepillando el cabello de Sarada frente el espejo sucio del baño y las dos sonreían el solo pensaba en que quería lo mejor para ellas. Por esta razón cada vez que su conciencia le reclamaba su aventura con el rubio, llevaba flores a Sakura o un vestido o un pastel o simplemente por la tarde se veía a él con su familia cenando en algún restaurante de la zona.
<Y Sarada... >
Y su hija, era su más grande sueño ver a otra persona con los mismos ojos que él. Aunque al principio era un inexperto en el tema paternal, esa niña había llegado a ser la luz de su vida. Cuando ella se acercaba en un día soleado con las manos llenas de tierra para mostrarle cualquier cosa que descubrió y veía su cara de asombro su corazón se estrujaba de ternura.
Ella no lo merecía como tampoco lo merecía Sakura, estaba cansado de pretender que nada sucedía, pero su corazón le decía que pertenecía a otro lugar.

...

Por la mañana la puerta principal del hogar de los Uzumaki rechino ante su llegada seguida de una voz que con ilusión le daba la bienvenida
—¡Llegaste!— casi grito Hima arrojando su oso de peluche para correr hacia su papi.
—¿Tan temprano ya estas despierta?— le contesto alborotandole el lacio cabello negro mientras sonreía.
—El desayuno está listo, qué, bueno que llegas— interrumpió Hinata — ¿Como ha ido tu trabajo? ¿Pudiste terminar anoche?— le dijo mientras le acariciaba el antebrazo. —Te cuento después me tengo tomar un baño, bajo en seguida— le respondió con un cambio de semblante. Bajo a Hima con cuidado y subió rápidamente.

Las gotas de la regadera caían ligeramente sobre su espalda. Naruto miraba a un punto indefinido cerca de la esponja.
Su vida con Hinata era totalmente normal, siempre trabajaba hasta tarde y cuando llegaba a casa ella estaba dormida, en sus días libres, que eran pocos intentaba pasar tiempo con sus hijos. Su aniversario de bodas número trece estaba pronto a suceder, y a la familia de su esposa le gustaba tomar esto como un gran acontecimiento, presionándolo hasta con el más mínimo detalle. Su suegro siempre había sido así, pues sus hijas eran su 'tesoro más preciado' como le repetía desde que pidió la mano de la joven Hyuga.
Todo estaba casi listo, iba a ser en un lugar abierto y solo irían amigos cercanos, el pensó en invitar a sus amigos kages pero no sería necesario ya que los vería unas semanas para una reunión. Hinata había estado todo el mes hablando al respecto, ya que esa fecha siempre le emocionaba. Naruto tenía que ser el esposo ejemplar, después de todo era el hokage, sin embargo, no podía dejar de pensar lo que había hablado con Sasuke en su encuentro, lo más auténtico de su vida era estar con él, podía ser él mismo y hablar con total libertad sobre sus sentimientos, lo demás era sólo pretender.
¿Sus sentimientos por ella? Bueno, era afecto, más no amor. Gracias a ella había podido tener la familia que nunca tuvo, y lo llegó a disfrutar, pero no era lo que siempre había deseado, no se comparaba a lo que él sentía cuando veía a Sasuke. Le gustaba mucho poder vivir su vida en familia, y al mismo tiempo, tener al amor de su vida aunque fuera a escondidas.
Hinata no tenía por qué enterarse, a fin de cuentas todo iba bien ella tenía a sus hijos, a su esposo... La vida ideal y en cuanto a Naruto se sentía completo, no descuidaba la aldea en ningún momento y salía de vez en cuando con Himawari a jugar en el parque y estar al pendiente de los entrenamientos de Boruto. Nadie sospechaba nada, incluso Shikamaru que era su mejor amigo no tenía ni idea de lo que pasaba en aquella cabaña.
Bajo por las escaleras arrastrando su bata de baño y el ambiente se impregnó de un aroma a té verde que el conocía bien, entrando al comedor su plato lo esperaba junto al de su esposa que lo observaba con una sonrisa. Comenzó a desayunar mientras platicaba sobre la academia con su hijo. Todo estaba bien.