- ¿Tío?... ¿tío Iván? – al no obtener más respuesta de mi parte que no sea un gruñido, se acercó a mí con algo de vacilación al mismo tiempo que con las manos estrujaba de forma nerviosa parte del vuelo de la falda que llevaba puesta, esta vez ya no parecía estar dominada por el enojo, todo lo contrario, se oía genuinamente arrepentida – ¿tío te hice daño? – me preguntó con los ojos brillantes como si estuviera a punto de llorar. Que absurdo me parece todo esto, ella me ataca y es quien termina llorando
Por mi cabeza pasaron muchas cosas, terribles cosas que quería gritarle por haberse atrevido a darme una patada en la espinilla y en otra época de mi vida se que no habría dudado un solo segundo en gritárselo a la cara sin el más mínimo de consideración, como alguna vez lo hice con mi propio hijo cuando él hacía algo que a mí me desagradaba, por muy mínimo que eso haya sido, yo no tenía compasión con él, simplemente era cruel e hiriente con mis palabras.
Sin embargo, en esta ocasión hay algo en mí que se siente diferente, pero que no logro identificar qué es. No sé si se debe a que mi conciencia que yo creí no existía más que para atormentarme, esta vez no deja de recordarme una y otra vez que no debo ser cruel con ella porque solo es una niña; o quizás solo se deba a que Dánae es hija de Sean y eso de algún modo me frena a actuar como lo hubiese hecho con mi hijo.
Cualquiera que haya sido la razón, en cuanto la vi a los ojos yo simplemente no pude decirle nada, Dánae realmente parecía consternada y la expresión de arrepentimiento en su rostro fue superior a todo mi dolor. Así que haciendo un esfuerzo sobrehumano me mordí la lengua para no dejar salir el montón de groserías e improperios que daban vueltas por mi cabeza a causa del dolor.
- No te preocupes, estoy bien... – le aseguré mientras me tragaba todo el dolor que estaba sintiendo en ese preciso instante para que eso no se refleje en mi rostro, ¡maldición! no puedo creer que una niña tan pequeña pueda tener tanta fuerza en los pies
- Lo siento mucho tío, no quise lastimarte – gimoteó la menor con tono lastimero
- Estoy bien, de acuerdo – corté rápidamente para evitar el llanto, lo último que necesito es que se ponga a llorar, no sabría cómo manejarlo – solo necesito algo de tiempo... ¿podrían jugar a algo menos violento?
- Si tío – me dijo e inmediatamente se acercó a Andrés con la intención de sostenerle la mano – ven Andy vamos al patio a jugar con Dorito
- No – gruño el menor de forma tajante
Andrés no permitió que Dánae sujete su mano y solo se quedó quieto en el mismo lugar donde se encontraba parado, incluso pude notar una extraña mueca en el rostro del menor que inicialmente lo atribuí a que aun estaba enojado hasta que un olor penetrante me hizo comprender lo que acababa de suceder.
- ¡Iugh!... ¡papá, Lissy, Andy ensucio su pañal! – gritó la pequeña a todo pulmón cubriéndose la nariz y la boca con ambas manos
- Si papá, podrías venir y hacer algo – pedí siguiendo la frase de la menor e imitando rápidamente su gesto para no tener que oler esa peste
- Enseguida me encargo – exclamó Lisbeth ingresando a la sala a toda prisa
- No te preocupes Lissy, Iván se hará cargo – afirmó Sean que no sé en qué momento sucedió, pero apareció justo detrás de mi dejándome estupefacto y con la boca abierta
- ¡¿Yo?! – logré decir aun impactado, sin poder dar crédito a lo que acaba de escuchar de boca de Sean... ¡tiene que estar bromeando!
- No es necesario, yo puedo hacerlo – insistió ella para mi tranquilidad
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Una razón para vivir
RandomCuando la vida ha perdido el sentido y parece que no queda nada más, ¿es posible encontrar una razón para vivir? Advertencia: * Esta historia contiene spanking paternal, si no te gusta o te incomoda esta temática por favor no lo leas. * Actualizacio...