JUJUTSU KAISEN |One Shots|

《Satoru Gojo [+18]》

Un reencuentro...

Uno que ninguno de los dos se esperaba para nada, ni en sus sueños.

Pensabas que después de terminar la escuela de hechicería jamás volverías a escuchar sus bromas estupidas o siquiera respires su mismo aire, estabas tan equivocada.

Sin notarlo, te habías enamorado en el último minuto, extrañando lo en secreto te mantuviese por un largo tiempo, así hasta que lo volviste a ver. Desde lejos mirabas como seguia bromeando y molestando con esa perfecta sonrisa, pero ahora era a sus alumnos. Ya llevabas tiempo viéndolo, tan así que hasta el se dio cuenta, le susurró algo a sus alumnos y estos se fueron a alguna parte como si fueran turistas sin conocer nada de Tokio.

Los nervios subían por tu cabeza como si una resaca se tratase, fue un alivio ver como lo tomaste bien teniendo en cuenta que ya estaban cursando miradas, bueno, solo la tuya ya que por su venda no podías adivinar si te estaba viendo o no.

—¡Hola! Soy yo, Gojo, ¿recuerdas cuando estábamos en 2do año?. —se movía de un lado a otro rodeando te.

—Lamentablemente no puedo olvidar. —querias ocultar las ganas de abrazarlo y luego meterle una cachetada por ser tan hermoso aún a sus 28 años.

—Eso es genial, ahora vamos. —sujeto tu mano mientras te arrastraba de un puesto de dulces a otro, probando cada postre que le ofrecían.

—Parece que tache todas las cosas de mi lista. —tu mirada confundida apareció de repente.

—¿Que lista?.

Saco una hoja de papel mostrándote la, le arrebatas el papel de la mano y te das la vuelta mientras el te sigue.

—Haz que T/n sonría... —leíste en voz alta la última cosa que no tachó de su lista, te diste la vuelta para verlo con una cara de bolita mientras tratas de contener las lágrimas.

Él rápidamente despojo su venda de sus ojos para ponerla en los tuyos abrazándose al instante. El sigue recordando que no te gustaba llorar en lugares públicos.

—Planeaba hacerte reír, no llorar.

—No estoy llorando idiota, alguien está cortando cebollas. —el río entre dientes.

Ahora la venda estaba arriba mientras las lágrimas hinchan tus ojos.

—Desde que nos conocimos en el 2do año no podía parar de mirarte e fingir que me te detestaba. Eres fuerte, directo y un dolor de cabeza, pero me encanta todo eso de ti. —golpeas su pecho no tan fuerte.

—Esto es tan conmovedor. —dijo con una gran sonrisa.

—¿Que tratas de decir?. —tenias un brillo de lujuria en los ojos.

—Que te quiero. Mi gusto por lo dulce me duele tanto. —el te jalo por la cintura.

Escondes tus rostro en su pechos ocultando tu gran sonrojo, pero él te sujeto de la barbilla.

—No me digas que eres virgen. —volteaste la mirada rápidamente— los demás y yo pensábamos que eras una loca en la cama, pero esto es aún mejor.

—¿Que tratas de decir...?.

—Yo seré tu primera vez y tu serás mía. —te sujeto del brazo.

—¡No me digas que me estás llevando al baño!. —el niega con la cabeza.

—Nuestra primera vez debe ser especial, vamos a mi casa.

[...]