《Toji Fushiguro [+18]》

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Un día por la mañana empezó como cualquier otro, con la excepción que estaba un poco oscuro y una brisa que abrazaba tiernamente tu piel casi desnuda si no fuera por la manta que te cubría. Al darte cuenta volteas al lado contrario, notando que cierta persona ya no estaba. Suspiraste.

Con la manta aún cubriendo tu cuerpo te dirigiste al baño para checar en el gran espejo las marcas notorias en cuello, clavícula y pechos. Los cueles no se irritan en 3 días o más.

Tomaste una ducha tibia mientras lavabas con cuidado tu cuerpo, cerrando los ojos para lavar tu cabello con Shampoo recordabas pequeña escenas de la noche anterior, rápidamente abriste los ojos para entrar de nuevo a la realidad y dejar atrás los recuerdos de lujuria.

Hoy tenías que trabajar y tu amante no estaba en casa, como la mayoría de días, así que aprovechas te también para salir a beber con unos amigos del trabajo.

Saliendo de tu apartamento sentias una mirada por la espalda, muy constante pero también nostálgica. Deciste solo ignorarla y seguir tu camino.

[•••]

Después de pasar un buen rato; comiendo, bebiendo y convirtiendo con tus amigos debías irte a casa.

Eran aproximadamente las 12:48 de la noche, si, era muy tarde para ir sola por las calles. Esa fue la excusa que te dijo tu amigo para llevarte a tu casa.

—Claro. Es bueno tener compañía. —dijiste sonriente.

Luego empezaron a caminar, y al instante volviste a sentir esa misma mirada amenazadora. Volteaste hacia tras con rapidez.

—¿hum? ¿Pasa algo T/n-chan?. —pregunto el chico castaño.

—Nada nada. Sigamos.

—Si tienes miedo puedes sujetar mi brazo, somos amigos después de todo. —te sonrío y also el brazo— si te sientes incómoda puedes hacérmelo saber.

Le devolviste la sonrisa y sujetaste su brazo mientras volvían a caminar directo a tu apartamento pero, la intensidad de aquel reflejo no paró.

Llegando a la puerta de tu apartamento abriste la puerta a medias y volteaste a ver al castaño.

—Gracias por traerme a casa. Regresa con cuidado. —le diste un pequeño abrazo.

—No hay de que. Nos vemos mañana en el trabajo. —se despidio y poco a poco veías como su presencia desaparecía por el gran pasillo.

Entraste y te quitaste lo zapatos sin haber entendido la luz. Eso ya no fue necesario cuenta estas se encendieron  dejándote sorprendida.

—Dime T/n, ¿quién te dio permiso para salir con tus amiguitos? Por que yo nunca te lo di. —su voz grave inunda todo el cuerto.

—Me lo dio la misma persona que despertó conmigo esta mañana, ¡Ah! Cierto nadie amaneció conmigo. —tiraste tu bolso en la barra de la cocina— gracias por eso.

—Sabes que tengo trabajo y uno muy ocupado. —gruso de brazos en el sillón.

—Y que, ¿tu trabajo consiste en seguirme a todos lados? No sabia eso. —lo provocabas cada vez más.

Se puso de pie y se dirigió a donde estabas, acorralando te contra la pared con ambos brazos.

—Eres un celoso de mierda. —lo miraste directamente a los ojos.

JUJUTSU KAISEN |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora