《Megumi Fushiguro》

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Anorexia nerviosa...

No es fácil hablar de ese tema, no cuanto tu vida pudo terminar en este caso.

En el pasado sufria de bullying por tu peso, por lo que comía y más que todo, por no sentir pena de seguir con ese hábito. Pero todas esas burlas te llegaron a lastimar de una manera terriblemente dolorosa, llegando al punto de querer acabar con tu vida por el acoso que sufrias también.

Tus padres de ayudaban en nada, nisiquiera estaban en casa cuando necesitaba ayuda. Tampoco tenías hermanos con quien contarle tus problemas u amigos que pudiera ayudarte con apoyo emocional, nada.

Así fue hasta que conociste a Fushiguro quien te salvó varias de veces de ser acosa hasta los baños por las demás chicas. El fue tu primer amigo, la primera persona con la que pudiste llorar a gusto sin que te juzgara ya que el vive también de Bullying.

Con ayuda de él pudiste tratar tu problema, pero tu sentias que ya no querías su amistad, si no otra cosa. Estancada en tus pensamientos inseguros como: "no querrá a una gorda como yo" "seguramente tiene estándares y solo está conmigo por lástima" "¿será una apuesta o un tipo de juego". Termianbas llorando cada vez que pensabas esas cosas, era doloroso.

Decidiste tomar la peor decisión de tu vida, arruinando esta también. Comenzaste a vomitar lo que comía llegando a ser una anoréxica compulsiva sin poder parar, ya no querías, ya no podías parar.

El peli negro se dio cuenta de lo mucho que bajaste de peso en los últimos meses, y decidió hablar seriamente contigo.

—¿Que está pasando T/n?. —fueron a hablar afuera de la escuela.

No querías contarle, solo querias que te abrazara y te dijera: "Todo estará bien, no es tu culpa". Pero no fue así, solo lograste echar a perder esa amistad de meses, tirando lo a la basura teniendo el recuerdo casi olvidado de el tiempo que pasaban juntos.

Terminaron su último año juntos, aun peleados, no sabias que hacer. Vivían lejos uno del otro, y nisiquiera sabias a donde se iría a estudiar después.

El pánico volvió a ti como si te hubieran tirado un balde de agua helada por todo el cuerpo.

Una semana después; sin tener comunicación con él, llegaste al límite. La muerta estaba a la vuelta de la esquina, esperándote paciente.

—¿Que hice mal?, ¿cómo pude acabar así?. —entre lagrimas lograste marcarle a su celular una última vez, solo para escuchar su voz.

Después de unos segundos contesto iniciando la llamada con un; "¿Si?". De seguro ni había visto quién lo llamaba.

—Cometi un error Megumi... —de repente puso atención ya que nunca lo habías llamado por su nombre, solo se quedó callado esperando a que hablaras— de verdad lo siento, no estaba pensando en lo hacia, perdóname por favor. —tu voz quebrada por el llando sonó por toda la llamada, asuatandolo cada vez más.

—Calmate _______. Voy para tu casa ya. —no quiso culgar. Aún escuchaba tu llanto mientras corría lo más que pudo para llegar contigo teniendo el corazón en la garganta.

Solo pasaron 10 minutos hasta que llegara, corriendo a tu habitación y entrando al baño que incluía esta. Te encontró en la Tina vacía con la mirada nula. No solo estabas mal físicamente ya, también te habías tomado unas pastillas antes de todo eso, casi un frasco entero.

Fushiguro no sabía que hacer, nunca habia estado en esa situación antes. Voto por hacerte vomitar primero las pastillas y luego llevarte a un hospital, el más cercano.

[°°°]

Habían pasado casi 5 días con 4 noches desde lo sucedido, hospitalizada viviendo del suero nada más.

Abriste lentamente los ojos con pesadez del sol mañanero por toda tu cara siendo así molesto. Poco a poco te sentaste en la cama teniendo un peso en la piernas, era Fushiguro dormido.

Tenia un expresión tranquila, después de todo estaba dormido no ibas a esperar menos. Con nervios acercaste tu mano hacia su cabello para acariciarlo y despertarlo sin asustarlo.

—Me diste un buen susto. —bostezando talló sus ojos.

—Lo siento... solo quería gustarte y... gustarme a mi misma. —cabizbaja pediste perdón.

Sin decir nada más te abrazo, un tacto suave como si tuviera miedo de lastimarte o de perderte.

—Me gustas tal y como eres. Tu físico nunca me importo, me gusta tu alma y lo buena e bondadosa que es. —dijo aún sin quitarse del agarre— ambos saldremos de esto, juntos, ¿sí?. —tenía una sonrisa sincera que hizo sacarte unas cuantas lágrimas de felicidad que él limpió enseguida.

Cumpliendo su palabra siempre estuvo cuidándote, cuando no se podía ver por la distancia hablaban en las noches. Los fines de semana iba a visitarte y traer consigo una que otra historia de su nueva vocación y las aventuras que tenía con su maestro e compañeros.

Juro siempre esta a tu lado en cuerpo y alma, hasta que ambos pudieron casarse finalmente felices de la compañía del otro.

































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¡Hola de nuevo!

Siento no estar muy activa en esta historia, pero... ¡pueden hacer sus pedidos como deseen!.

Eso me ayudaría mucho al igual que su voto <3

—Nemora

JUJUTSU KAISEN |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora