"El destino puede equivocarse"
Esa era la frase que vagaba en mi mente desde pequeño, nadie puede decirte lo que esta bien o mal y aún peor con quien debes estar.
Mucho menos atarte a alguien que odias y el a ti, así es, no siempre las cosas salen...
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Mi abuelo solía decirme que después de la tormenta llega la calma, si bien es una frase que atesoro, se muy bien que para que la calma llegue, muchas cosas deben resolverse. Era consiente del arduo trabajo que me esperaba, y también de que atravesaría por algo complicado, que era cerrar mi corazón, para ,muchos es sencillo, y creo que no pediría a nadie que me entendiera, solamente que se pusiera en mis zapatos aunque sea un día.
Era estúpido y absurdo, la manera en que termine sintiendo algo por alguien que se que me odia, ni yo mismo entiendo, he llorado cada día desde que entendí mis sentimientos, claro que trate de no pensar en eso, tampoco era tarea fácil, cualquier persona normal quizás ya lo hubiera superado, aunque yo les hago esta pregunta...
Son capaces de dejar de sentir algo de un día para otro?
Científicamente es imposible, pero en algo si puedo decir que he progresado, he tratado simplemente de ignorar el hecho de sentir, no sólo con aquellos que quiero ,incluso hasta para mi trabajo, las críticas dejaron de doler cuando deje de darle importancia, lo que al principio quemaba pues era con fines de tirarme al pozo, esta vez ya no hacia ese efecto,
Después de esa vez que remodelamos las instalaciones las cosas cambiaron particularmente, mucha gente dejó de hablar pues no cabían de la emoción por tener tales mejoras, aunque lo que más consumió todo comentario, fue el plan de los jefes de departamento, que serían los que mantendrían un equilibrio y serian sus manos derechas para los trabajos grandes, después de todo, en eso se basaba su puesto, debía hacer que todos tuvieran armonía y con el tiempo conseguiría.
Relativamente las cosas irían tomando su curso, y se que ahora mismo dirán que faltaba algo...no tenía una cita el domingo? O es un tema bastante claro, retomemos ese día.
El jefe y yo no habíamos dormido por dos días con tal de terminar los preparativos, todo debía estar listo, pues al día siguiente todos debían ver como los cambios ayudarían a todos a sentirse más comodos y también a crear un mejor ambiente laboral, internamente también era para que pararan los rumores, saldria todo bien, una vez terminamos cada quien se fue por su lado, yo fui directo al lugar en el que habíamos quedado para la cita, aunque evidentemente paso algo que esperaba, nadie llegó.
Espere por al menos dos horas y nada, no me sentía molesto o mucho menos, pero era una clara señal de el destino diciendo que esto no era para mi, por eso me iba faltal, el trabajo sería lo único que me distraeria y nada más.
—Creo que será mejor volver a casa...oh, genial. Tan pronto como hable pequeñas gotas empezaron a caer por mis hombros.
Estaba lloviendo, se oirá tonto, pero aunque la situación no era buena no podía evitar pensar en aquella canción que sonaba en la radio por las tardes.
♪Por eso esperaba con la carita empapada Que llegaras con Rosas Con mil Rosas para mi♪
