CHILL

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- 14:48, Circuito Redwood Lights. -

Polvo.

Eso olía el ambiente cada vez que pasaba un coche derrapando pegado a nosotros.

Ese día lo tenía libre y quedé con Segis y Rogels. También estaban unos amigos de ellos. Decidimos ir a ver una carreras de coches ilegales.

- Hola guapiña. - dijo uno a mis espaldas.

- Freddy majo, ¿que tal? - le dije al verle, ya le conocía del taller.

- Pues bien, pasando el rato ,chorbo. -

- Me alegro. -

- Elizabeth. Te presento a su hermano Jose Marie. - dijo Rogelio interrumpiendo la conversación.

- Encantada. - le dije a Jose María.

- Lo mismo digo. - dijo coqueto.

Segismundo vio las intenciones de ligoteo de Jose María y paso su brazo por mi cintura.

- Lizh, estás preciosa. - me dijo sonriendo.

- Ya me has dicho antes. -

- Es que es verdad. -

- ¿Sois pareja? - preguntó Freddy.

- Que va. - dijimos los dos a la vez.

- Pues deberíais. - dijo Rogelio a la vez que Jose María.

Todos reímos.

Pasamos el resto de la mañana allí. Al final, los hermanos Trucazo se fueron. Segis, Rogels y yo teníamos hambre y nos fuimos hasta Sandy para comer. Entramos en un local en el que pedimos una pizza grande para los tres.

- Ha molado mucho. - dijo Segismundo.

- Si. Tenemos que ir más días a ver carreras ilega... - decía Rogels hasta que Segis le tapó la boca.

- ¿Eres tonto? No digas eso imbécil. - le regañó.

Yo les miraba con cierta gracia, pero no podía parar de pensar en la muerte de Ivanov. No sonreía tanto como antes. Y la gente lo notó.

- Lizh, alegra esa cara venga. - me decía Segis con una tierna sonrisa.

- No puedo. Soy incapaz. No paro de pensar en aquel día... - le dije bastante triste.

- Pero eso ya pasó. Elizabeth mira para el futuro. - me dijo Rogelio.

- Hablando de mirar. Yo veo en mi cabeza la licorería del barrio pijo... Se me hace la boca agua. ¿Que decís? - dijo Segismundo.

- Yo lo veo primo. Además así te distrairás. - me dijo Rogelio.

- Es verdad... Yo me apunto. - les dije.

- Pues venga, vamos a por un coche. - dijo Rogelio.

- Voy yo a por rehenes. - les dije.

- Yo voy contigo, Rogelio, tú vete a por un deportivo así tocho. - dijo Segis.

- Segis y yo cogemos tres rehenes, tú coge uno. -

- Venga d1. -

Y así, después de una hora estábamos en la licorería robando en el almacén.

- Aiho, aiho, vamos a trabajar... - canturreaba yo mientras metía el dinero en las bolsas.

Segismundo reía por lo bajo.

- ¡Familia, hoy se come! - grité al tener las bolsas listas.

- Estupendo, espectacular. - Segismundo empezó a aplaudir.

Felicidad // SpainrpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora