- 11:09, Strawberry Avenue. -
Ya estaba de camino a la comisaría. Pasé por la ciudad tranquilamente observando todo con nostalgia.
Había un semáforo en rojo. Paré el coche y miré que había por la zona. Me di cuenta de que estaba al lado de la sede de los basureros.
Era un edificio de dos plantas, no muy grande. Estaban un camión de basura, unos cuantos coches en el aparcamiento y unas siete personas. De repente un coche se empezó a quemar y quemó a los demás. Segundos después explotó todo. Yo salí del deportivo para ayudar a la gente que estaba allí.
- ¿Estáis bien? - les pregunté a dos chicos que estaban debajo de unas escaleras.
Uno de ellos llevaba una cresta y el otro tenía el pelo un poco largo hacia los lados.
- Si, si, todo bien... - el segundo nombrado se giró para ver mi cara - Uy, ¿que hace una mujer tan hermosa por aquí? - tenía un acento gallego.
- Comprobar que estáis todos bien. - le dije cortante.
- Yo estoy bien, gracias. Oye, ¿nos puedes ayudar a buscar a un amigo que se fue tras la explosión? - me preguntó el de la cresta.
- Claro. Si queréis vamos en mi coche a buscarle. -
- Te lo agradecería muchísimo. Por cierto me llamo Horacio con H. - me dijo el de la cresta.
- Yo soy Segismundo. - dijo el gallego.
- Encantada. Me llamo Elizabeth. - me presenté dándole la mano a los dos.
Llegamos al coche. Yo entré y Horacio entró. En cambio Segismundo se quedó mirando el coche.
- Cago en Dios, menudo cochazo manejas guapa. - dijo el gallego con un brillo en sus ojos mientras miraba el coche.
- Si quieres te lo regalo. - le dije.
- ¿Enserio? ¿Tú estás forrada o algo? - me preguntó alucinando.
- No, pero es que hoy tengo los ovarios católicos. - le excusé. Yo no quería el coche. Era robado. Y me apetecía ser una buena persona hoy la verdad, después del incidente del badulaque tenía que limpiar mi alma.
- Muchas gracies. - entró al coche - Por cierto, ¿eres nueva en la ciudad?
- Más o menos. Oye, mirad a ver si veis a vuestro amigo, que voy a arrancar ahora. -
Arranque y di una vuelta a la manzana. No lo veían.
- Ahí, es ese. - dijo Horacio y yo paré el coche - ¡Eh, Gustabo! Ven que estamos aquí. -
Ese tal Gustabo vino hacia nosotros. Ese chico me sonaba de algo, me era familiar.
- Os estaba buscando. Me fui corriendo al oír la explosión. - les dijo a sus amigos.
- Bueno, yo me voy ya. - les dije.
- Espera mujer. Ven a trabajar un poco con nosotros anda. - me dijo Horacio.
- No soy basurera. -
- Pero eso da igual Lizh. Ven un rato anda. - me rogó Segismundo.
Lizh... Los recuerdos invadieron mi mente.
- Venga vale, por cierto, soy Elizabeth. - me presenté a Gustabo.
- Encantado yo soy Gustabo con B de Bombón. - yo me limité a sonreírle.
Fuimos hasta el camión de basura y comenzamos la ruta. Estábamos recogiendo la basura en cuanto Horacio y Gustabo fueron a comprar un móvil, ya que tenían la tienda al lado. Nos dimos nuestros números de teléfono. Cuando salieron vino un coche negro y se bajó un enmascarado.
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Felicidad // Spainrp
أدب الهواةElizabeth. Ella fue una niña alegre, con sueños. Siempre ayudaba a los demás, siempre hacía que un día malo se convirtiera en uno bueno. Pero después de un tiempo todo cambió y ella solo buscaba feliciadad.