My Evil Doctor // Bnior - JJPROJECT

Capítulo 12

— ¿Y bien? No quiero rodeos o palabras estúpidas.

— ¿Evitemos el drama? Sí, estás embarazado. Dos meses, exactos.

— ¡MIERDA! Esto es una jodida broma ¡PUTA MIERDA! ¡MIERDA, LE CORTARÉ LA POLLA! ¡MIERDA, MIERDA  Y MÁS MIERDA!

— ¿Tomabas el medicamento? Asumo que no, por lo cual eres tan o más irresponsable que tu ¿Pareja?

— ¡Cierra el pico, Seok!

— Seokjin hyung para ti, pequeño Jinnie.

— Guarda el secreto ¡¿Entiendes?! O le diré a Namjoon que lo engañas conmigo.

— ¡Idiota! ¿Qué harás?

— Huiré unos meses. Suho tendrá el poder supremo.

— Siempre haces cosas estúpidas, Jinyoung ¿Y el padre?

— ¡Es un idiota que ama a su ex! No quiero hablar del maldito hijo de... ¿Tendré náuseas por mucho tiempo?

— Lo suficiente. Necesito que vengas a revisión dentro de dos meses ¡¿Bien?! O arrastraré tu culo aquí.

— Sí, mamá.

— ¡Buen chico! Ahora ¿Detalles del padre?

— ¡Chismoso, cabrón! Mis labios están sellados.

— Namjoon...

— ¡Idiota!

Desde la visita a Kim transcurrieron dos meses, exactamente, y la barriga estaba crecimiento de forma lenta, casi maravillosa. En primera instancia fue directo a Jeju; gritó maldiciones, a todo lo que permitieron sus pulmones, y lanzó el móvil al mar esperando que se lo tragara una pérfida criatura, cortar relaciones parecía la receta perfecta. Después de aquella proeza, se dirigió un par de meses a Japón teniendo el férreo propósito de pasar los primeros meses del embarazo en un ambiente tranquilo, sin embargo, las visitas de Jackson, Bam, Mark y los Park no fueron de gran ayuda.

Hyunjin mantuvo comunicación constante, pues la escuela le impidió salir corriendo en su auxilio y además, cierto estudiante transferido, de apellido Im, merecía un escarmiento, por lo que se transformó en una misión vital. El pequeño Park protegió el secreto de Jin, incluso, se mordió la lengua cuando Jaebeom fue a casa en busca del castaño— Cuando regreses iremos con Seokjin hyung ¿Entendido? — decretó el rubio frente a las protestas de Jinyoung, quien deseaba seguir viviendo en Japón para siempre.  

Había cambiado drásticamente durante la estancia en Kioto, ablandando, un poco, su duro corazón— Jodidas hormonas...— masculló, pues lloraba con facilidad ante cualquier situación dramática o que provocara cierta emoción, la más mínima. En el pasado quedó la figura de Annabelle, un hombre despiadado y sin corazón; un mimado gatito se mezclaba entre las personas, encantando a muchos, especialmente, a Jackson y Bam quienes cumplían algunos caprichos del perfecto embarazado.