|| Trece ||

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Cabaña limpia y bien cuidada.

Era de las cosas que podía decir Harry cuando se acercó al lugar. Nunca había comprobado la limpieza del Señor Tenebroso, pero tal vez deba agregar un pequeño TOC a la lista de cosas que conformaba la personalidad de Voldemort.

Se había puesto su capa de invisibilidad para poder acercarse a la cabaña, había despistado a Sirius y a Remus, quienes se habían quedado dormidos lejos de la cabaña... Cabaña, claro.

El lugar era pequeño por fuera, pero debía admitir que sólo manos hábiles podían crear tal mansión dentro de esa construcción. Era asombroso hasta cierto punto.

Dio un salto con suavidad, ayudándose con su magia para llegar hasta la rama del árbol que daba una buena vista hacia una habitación. Debía tener cuidado con el ruido que hacía, la cabaña estaba rodeada de fuertes barreras que no le sorprendería encontrarse con alguna sorpresa diseñada para intrusos como él.

Miró por la habitación y movió su cabeza curioso cuando notó a un Señor Oscuro sentado en una silla que, si era sincero, parecía ser jodidamente cómoda.

Bien, tal vez había encontrado una nueva distracción.

♣♣♣♣

La puerta se abrió después de que unos toques se dieran a notar. No dijo nada, simplemente movió su mano para que la entrada se abriera con sutileza.

Severus Snape se encontraba al otro lado de la habitación, ingresando con un hombre de cabello castaño y ojos azules oscuros. El hombre parecía algo musculoso, pero todo músculo no iba a servir de nada frente al más temido mago oscuro de la época.

El hombre, quien caminaba algo desconfiado detrás del mortífago, sólo pudo verlo antes de dar unos pasos hacia atrás.

Demasiado tarde, pensó Voldemort después de cerrar las puertas detrás de los dos hombres.

Examinando más a fondo la mirada de Néstor, descubrió que algo estaba mal. Dos opciones: El hombre no era tan valiente si lo tenías frente a frente o se había equivocado de persona.

—Néstor Baker, treinta y cinco años, trabajador del ministerio, experto en runas —mencionó mirando la reacción del otro, pero éste sólo se alejó lo más posible—. Con tus múltiples trabajos y cientos de investigaciones, uno supondría que serías más... seguro.

El nombrado no dijo ni una palabra. Mientras Severus se encontraba acomodándose discretamente en una de las esquinas de la habitación. Claro, eso no fue suficiente para que la víctima mandara una mirada al profesor.

—Severus...

—Ah, Snape no es importante aquí —cortó sintiéndose ignorado. Lanzó una maldición que cortó con suavidad la mejilla del hombre, quien volteó rápidamente para mirar al Lord Oscuro—. Me doy cuenta que no eres quien pensaba que eras —siseó caminando hacia el hombre. Néstor sacó su varita y le apuntó con ella—... Que decepción.

Un hechizo salió de la varita de Néstor, pero fue hábilmente desaparecido por el mago oscuro.

Con un movimiento fluido, Voldemort lanzó una maldición y... debía admitir que el otro no eran tan débil como supuso. Néstor se movió a un lado y contraatacó.

¿Sería buen momento para divertirse? Ya se había equivocado, no podría dejar al miembro de la Orden irse impune después de conocer la ubicación de su escondite.

De forma perezosa comenzó a lanzar hechizo y maleficios hacia el otro, disfrutando el miedo que iba creciendo en los ojos de su adversario. No era ningún reto, si debía ser sincero. Según sus informes, Néstor era más un intelectual que un combatiente, sólo por eso podría darle una oportunidad al hombre...

Bueno, ¿a quién engañaba?

Una sonrisa creció en sus labios cuando el castaño fue desarmado, dándole un último ruego con la mirada hacia Snape, pero éste simplemente miraba todo con indiferencia.

Voldemort levantó su varita hacia el rostro de Néstor en el momento que éste quedó hincado después del último ataque.

—Es una lástima que no seas la persona que yo buscaba —siseó sin darle importancia al rostro lleno de súplica del contrario—. Todo hubiera salido favorable para ti de ser ese el caso.

Néstor cerró los ojos y, justo cuando le iba a lanzar la maldición asesina, una risa alegre llegó desde la ventana.


Conexión idónea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora