|| Quince ||

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Severus Snape se encontraba viendo todo a la distancia, no sorprendido de los acontecimientos que ocurrían frente a sus ojos. Por otra parte, no podía decir lo mismo de su Lord...

—Harry Potter —siseó sorprendido. El nombrado buscó alguna mota de odio en eso, pero no pudo descifrar con claridad al mago frente a él—... Está claro que no tiene nada que ver con un "NB".

La suave risa salió de los labios del menor, asombrando a Voldemort por tan pura voz que rodeaba el lugar sin los hechizos en ésta.

—Ante el público soy Harry Potter —susurró levantando su mano para colocarla en la cintura del mayor, quien levantó donde estaría su ceja por la acción—, pero usted puede decirme Nathan Black.

—Severus —llamó con voz firme. El mortífago no dudó en posarse al lado de su Lord con una pequeña inclinación—, déjanos solos y llévate el cuerpo.

El profesor de Pociones asintió y levitó el cuerpo de Néstor mientras salía de la habitación. Cuando los otros dos se quedaron solos, Lord Voldemort trató de mantener un poco de distancia con el menor, pero la mano en su cintura evitó la lejanía completa.

—Es una sorpresa. —Harry asintió sin dejar que la firmeza en sus ojos se fuera. Una rara comodidad se instaló en el ambiente y, por alguna razón, sabía que ojiverde también lo sentía— Explícate.

No hubo necesidad de más y Harry entendió a qué se refería.

—Sirius Black y Remus Lupin hicieron un ritual de sangre para adoptarme después del cuarto año —aclaró encogiéndose de hombros—. Remus me puso el nombre y yo no pude estar más feliz por eso.

Voldemort asintió pensativo, mirando cada facción que poseía el menor. Si era detallado podía ver las nuevas formas que había adquirido su rostro que le hacía pensar en un Black... ¿o es que así fue siempre y sólo nunca le puso atención?

El hilo invisible, mismo que le hizo saber dónde se encontraba el menor aún con el efecto de invisibilidad, le hizo saber que algo no estaba bien en él, ¿desde cuándo no analizaba bien las opciones y...?

¿Por qué sentía ese supuesto hilo?

Casi leyendo sus pensamientos, el menor se separó del Lord Oscuro y se quitó la capa que antes le cubría.

—Creo que tengo algo que te pertenece —murmuró empezando a desabotonar su camisa.

Antes de que sus pensamientos volaran -No, Voldemort, no eres un adolescente de Gryffindor, concéntrate-, Harry dejó al descubierto un guardapelo. Su guardapelo.

—Espero no te moleste que haya puesto una foto dentro —comentó con ligereza el joven, quitándose el horrocrux para entregárselo.

Voldemort lo agarró sin pensarlo, su interior gritándole que de ahí provenía el hilo que había sentido. Pero eso quedó descartado cuando sintió a Harry -Harry no, es Nathan- dirigirse hacia la ventana donde anteriormente había llegado.

—¿Cómo lo pudiste abrir?

Nathan sonrió, una sonrisa diferente a las anteriores, una sonrisa llena de libertad y ferocidad... ¿Cuántas más tendría? Voldemort no sabía, pero se aseguraría de hacerlo.

—Espero más regalos de cortejo, gran Señor Oscuro. —Y se dejó caer de la ventana.

Claro, no era una sorpresa que el joven ya no se encontrara en su terreno cuando fue a asomarse por la ventana.

Vaya día más interesante.

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