🥀Capítulo 8

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La belleza es relativa. Lo que a unos les parece bonito, a otros les parece horrible. Lo mismo pasa con las personas. Cada uno es diferente, ni guapos, ni feos, ni altos, ni bajos, ni gordos, ni flacos. No importa cómo seas. Todos esos términos son una mierda.
Todos somos bonitos. Cada uno a su manera. Nada es perfecto,  ni mucho menos nuestra apariencia.
La gente se suele preocupar demasiado por verse bien, pero, ¿de qué sirve? Ser guapo y verte bien no te va a ayudar en casi nada. Solo serás una simple cara bonita en la vida. Eso no te hará tener éxito. Quizá en cierto modo, pero, de que sirve que te conozcan como el o la guapa o guapo, si luego no eres nada más. Es como ser una muñeca, sin vida.
La belleza no te va a llevar a lograr tus objetivos, ni a sacarte una carrera, ni a conseguir el trabajo de tus sueños.
No lo hace, y eso es más importante que la belleza, creedme.
Pero, si yo pensaba eso, ¿por qué sentía la necesidad de verme bonita? Puede que la razón tuviese nombre y apellido. Ronald Weasley.
No había hablado con él mucho, tan solo un hola hola, adiós adiós.  No más. Pero, nuestras miradas se habían cruzado muchas veces.
No entendía por qué tenía tanto interés en él.
Lo observa y se le veía feliz con sus amigos.
Quizá lo envidiara.
Cojo un bolsito con doble fondo, en el que meto mi varita y poco más.
Era tan pequeño como la palma de mi mano. Y era verde oscuro, haciendo juego con los tacones que no se veían ni si quiera casi.

En la sala común me esperaban Draco y Astoria. Draco iba con un traje negro y una camisa blanca, mientras que Astoria lucía un bonito vestido verde. Lo cierto es que hacían una pareja bonita. Salvo por el hecho de que Astoria valía mil veces más que Draco.
-venga, vámonos- dice ilusionada Astoria. Sonreir irónicamente. -sí, vamos.- digo.
Llegamos al comedor, que parece mil veces más grande de lo habitual.
Las mesas habituales no estaban, solo había unas cuantas mesitas redondas, y luces. Era como los típicos prom's de las películas.
Me pongo inconscientemente a buscar con la mirada a alguien. Ya sabemos a quien.
Y allí lo veo, sentado en una silla, comiendo, como no.
Lo pienso unos minutos.
El llevaba simplemente una camisa blanca y unos pantalones de un tono grisáceo. La chaqueta se la había quitado. Normal, hacía muchísimo calor.
Comienzo a andar en su dirección  algo indecisa.
Yo, la hija de Tom Riddle, ¿indecisa? Sí, así es.
También hay que tener en cuenta que jamás he hablado con ningún chico que no fuese Draco, que era mi primo.
-Hola- digo sonriendo- me mira extrañado. Y gira la cabeza a observa a su alrededor. -¿me hablas ammi?- pregunta. Río y asiento. -asi es, Ron.- digo. -eh, esto sí que es inesperado. ¿Una Malfoy, hablándole a un Weasley? La vida está llena de sorpresas- bromea. -sí, una caja de sorpresas. Te he visto solo, y me he acercado a ver que te ocurría- le digo. Me mira a los ojos. -bueno, no me ocurre nada, pero no he venido con nadie. Harry vino con mi hermana, y Hermione con un chico de Ravenclaw.- dice triste mirando al suelo. -en ese caso, yo me quedo contigo- ¿en qué momento me había vuelto así de amable? Lo extraño era que solo lo era con él.
Nos pasamos un buen rato charlando, conociéndonos.
-entonces, ¿puedes transformarte en un animal?- pregunta fascinado. -sí, soy animaga. Mi forma animal es un zorro común. Al igual que mi patronus.- digo sonriendo. Él sonríe sorprendido.
- mi patronus es un perro, entonces, ¿mi forma animaga sería uno?- preginta intrigado- lo cierto es que no lo sé- río.
Comienza a sonar una canción lenta. Se levanta de la silla, y me mira algo indeciso. Carraspea la garganta, y extiende su mano. -¿bailamos?-

𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝐨☘︎ | 𝐿𝑎 𝐻𝑖𝑗𝑎 𝐷𝑒 𝑇𝑜𝑚 𝑅𝑖𝑑𝑑𝑙𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora