🥀Capítulo 22

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Paso a la casa. Me invita a sentarme en un sillón. Me siento y espero. "¿qué estoy haciendo?" pienso. Mi vida era cada vez peor. Bueno, si es que algún día fue buena. Bueno, si lo fue, por tan solo unos pocos días, pero lo fue. Desearía volver a ellos, a él.
Yvonne vuelve con una taza de chocolate. -toma cielo- me la da. La tomo en mis manos. se siente bien el calorcito que desprende. Me quito la caapucha y le doy un trago a la taza. La chica se me queda mirando, fijamente. -¿te conozco de algo?- me pregunta. La miro a los ojos. -Joder- exclama. Me ha reconocido. Entonces, debo hacer lo que he venido a hacer cuanto antes.
Dejo la taza en la mesa rápidamente. -¡¿Qué coño estás haciendo aquí?!- me girta, desesperada. -Te ha enviado tu padre, ¿verdad?.- me dice. Asiento inconscientemente. -Yvonne, yo no quiero hacer esto.- digo, notando como la angustia se va apoderando de mi. Sé que en apenas unos minutos estaré llorando, como siempre. Como llevo haciendo desde hace días. -No lo hagas, Jade, porfavor- me suplica. Puedo ver el miedo en sus ojos. Saco mi varita. Da unos pasos atrás, de forma automatica. Y allí están las lágrimas a punto de salir de mis ojos, de nuevo. Puedo ver perfectamente como los suyos están igual.
De pronto, la puerta se abre. -Ya estamos aquí, Yvonne- grita alguien alegremente. No bajo la varita. -¿¡Pero que narices está pasando!?- Pregunta asustada al entrar al salón, con el bebé. Lleva al bebé en brazos. "mierda" Pienso. Eso significaba que ahora no solo tendría que matar a Yvonne, sino también al bebé y a su hermana. -Pauline, vete. Esto no tiene nada que ver con vosotros, iros- dice en tono de orden. Niego. -no, no se van a ningún sitio.- Me miran asustadas. -Hazme a mi lo que quieras, pero dejalas a ellas. así que, el bebé era una chica. -¡no puedo joder! No puedo. Mi padre me mataría.- digo rompiendo a llorar. Me miran con una mezcla de temor y empatización. -Jade, yo sé que tú no quieres volver allí, huye. No nos mates, y no diremos nada de que has  venido. Nadie hará nada, simplemente, te daremos por desaparecida. Porfavor.- me suplica.
Lo pienso unos segundos. Bajo mi varita, y suspiro. -lo lamento, nadie debe aber que llegué hasta aquí, ¿entendido? No debeis confiar en nadie, y yo que vosotras, me iría del pais, a por ejemplo España. Allí mi padre no tiene seguidores ni apoyo, y jamás os irá a buscar allí. Estareis a salvo. Con un poco de suerte, en unos años todo habrá acabado y podreis volver.- asienten.

𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝐨☘︎ | 𝐿𝑎 𝐻𝑖𝑗𝑎 𝐷𝑒 𝑇𝑜𝑚 𝑅𝑖𝑑𝑑𝑙𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora