Departamento J4 - Gintama

Capítulo 23.

Todos alguna vez en la vida hemos sido estafados, absolutamente todos.

Quizás no fue algo muy grande, quizás sólo descubriste que en la tienda cerca de tu casa venden la leche a menor precio que en la tienda afuera de tu trabajo, esa donde compraste dos cartones después de terminar tu horario en caso de que se te olvidara en el camino a casa. Quizás era algo tan minúsculo como eso, pero seguía siendo una estafa.

Y justo en estos momentos, Sakamoto Tatsuma, Takasugi Shinsuke y Sakata Gintoki se sentían estafados.

¿Quién los estafó?

Pues fue el mismísimo clima ¿O quizás la madre naturaleza? Aunque bien pudo ser la vida misma.

En esos momentos los tres jóvenes se encontraban en el sofá de su sala, los tres con los hombros caídos bajo una atmosfera de derrota y depresión. Como si estuviesen hartos de existir.

-Quiten esas caras, no es el fin del mundo – El único miembro no afectado por la estafa, Katsura Koutaro, hizo un inútil intento por animar a sus amigos.

-Es fácil para ti decirlo, Zura – La voz de Sakamoto sonaba cansada y baja, como si estuviese tomando sus últimas respiraciones.

-No puedes entender nuestro sufrimiento – Sakata se escuchaba exactamente igual – Nunca tienes planes -.

-¿No creen que están exagerando un poco? Es sólo una tormenta de nieve -.

-Una tormenta de nieve que nos jodió todo – Y aquí está la participación de Takasugi.

Cansado y un poco ofendido por la mención de que él nunca tiene planes, Katsura soltó un suspiro y prefirió continuar con lo que estaba haciendo, ya que conocía muy bien los motivos que provocaban las penas de sus amigos.

El día anterior en las noticias matutinas se había anunciado la llegada de una tormenta de nieve que atacaría la ciudad sin piedad, por lo que se absortaba a los ciudadanos a no abandonar la seguridad y el calor de sus hogares. Los meteorólogos expertos habían dicho que no se tenía determinada cuál sería la duración de la tormenta por lo que se aconsejaba a la ciudadanía abastecerse de alimentos, abrigos y herramientas para así enfrentar el fenómeno natural de la mejor manera posible.

Esa fue la noticia que causó tanto pesar para sus amigos. Gintoki y Sakamoto gritaron y se quejaron sin parar sobre cómo sus tan preciadas vacaciones ahora estaban arruinadas, pues no podrían salir a ningún lado, cosa que no entendía porque aunque no tenían clases, aún debían ir al trabajo. Y mientras Takasugi, arrojó el control remoto al suelo maldiciendo, pues el clima había mejorado lo suficiente para permitirle a su novio viajar a visitar un par de días a su familia pero ahora con la tormenta sin un tiempo estimado de duración, las carreteras, vías y vuelos estaban cerradas y cancelados, lo que dejaba a Bansai atrapado en Kumamoto y por ende, a él lo dejaba con ellos.

-Bien, he terminado de guardar todas las latas de comida en la alacena ¿Qué hay de ustedes? ¿Se aseguraron de hacer su parte? -.

-Sacudí las mantas que estaban guardadas en el armario -.

-El botiquín de primeros auxilios está completo -.

-Compré las velas y el encendedor -.

-Bien, entonces parece que tenemos todo listo para enfrentar esta tormenta – Pese al pesimismo de sus amigos, Katsura sonrió complacido. Se acercó a donde estaban los otros pero lo que en realidad quería hacer era asomarse por el balcón para ver cuál era el clima – Parece que la temperatura ha comenzado a bajar, menos mal que tenemos la calefacción -.

Por supuesto, nadie dijo nada, haciendo que el de cabello negro frunciera el ceño, comenzando a fastidiarle un poco la actitud de todos.

-Bien, supongo que iré a mi habitación, ustedes deberían hacer lo mismo – Dio un último consejo antes de abandonar la escena.