Capítulo 25.

72 12 0
                                    

Otro día, otra agonía.

Esa era la forma en la que se sentía Sakata Gintoki.

El tercer día de la tormenta de nieve estaba iniciando tranquilo, todos tomaban un desayuno decente en el comedor bajo una relativa paz pero Sakata no se confiaba, sabía muy bien que eso podía cambiar de un momento a otro.

-¿Qué pasa, Gintoki? No has comido mucho ¿Acaso te sientes enfermo? – La mamá que Katsura tenía en su interior tomó posesión de su cuerpo.

-¿No te gustó la comida de Takasugi? – Ese fue Sakamoto, quien tenía un par de granos de arroz en la cara.

-Más te vale que lo comas todo, no podemos darnos el lujo de tirar comida ahora – Gruñó Takasugi, más interesado en no desperdiciar comida que ofendido por la insinuación de su mal sazón.

Gintoki bajó la mirada a su desayuno, el cuál constaba de tamagoyaki, sopa de miso, arroz y salmón. Un desayuno tradicional japonés, como todo lo que Takasugi cocinaba. En realidad no sabía mal pero no iba a dejar pasar cualquier oportunidad para molestar a su amigo.

-Aunque esta cosa es difícil de digerir, no es lo que me molesta -.

-¿Entonces? -.

-Estoy pensando en lo jodido que será el día – Soltó un suspiro de cansancio puro.

-¿Eh? ¿Por qué dices eso? -.

-¿Cómo que por qué? – Gintoki quiso pegarle a Zura – La electricidad aún no regresa, no tenemos calefacción, la batería de los celulares se acabará mañana y sobre todo, no podemos salir, por eso -.

El silencio reinó en la mesa mientras todos pensaban en su desgracia. Sí, todos eran conscientes de su horrible situación pero por un momento lo habían olvidado gracias a que el día estaba iniciando muy bien. Al menos tenían comida de verdad y no un paquete de fideos instantáneos.

-Bueno... Es cierto pero eso no significa que la pasaremos mal, podemos pasarla bien los 4 juntos -.

Takasugi miró a Katsura con cansancio, preguntándose porqué aún no se rendía en su intento por hacer que todos convivieran sanamente. Además no podía culparlo, ya que los cuatro aceptaron vivir juntos. En todo caso, él tenía mucha culpa por aceptar vivir con ellos.

-¡Zura tiene razón! ¡Podemos hacer muchas cosas! – Sakamoto se apuntó a la misión.

-¿Cómo qué? – La apatía de Gintoki se hizo presente. Si por él fuera los mandaría al demonio pero ya que sólo contaban con un calentador, se veía forzado a pasarse el día pegado a ellos.

-Si dices "Verdad o reto" te golpearé – Amenazó Takasugi. Molestar a Gintoki sobre su relación con Hijikata la noches antes fue divertido, hasta que empezaron a hacer preguntas de su relación con Bansai. Sí, definitivamente no quería volver a tomar ese camino.

-Podemos jugar UNO -.

-Sí... No lo creo -.

-¿Por qué no? ¡Nos encanta el UNO! – Tatsuma no entendía la negativa.

-Creo que sería mejor dejarlo de lado está vez – Apoyó Katsura.

-¿Eh? ¿Por qué? – Tatsuma respondió él mismo su pregunta al recordar cómo suelen ser sus partidas de UNO – Oh... -.

Jugar UNO con las otras tres personas con las que se está en confinamiento, no era muy seguro para la salud que digamos. Los cuatro sabían que eso podría terminar en un asesinato. En realidad, era casi seguro que así fuera.

El silencio apareció una vez más, algunos pensaban en actividades, otros simplemente sufrían su agonía en silencio.

-¿Y si tomamos un baño juntos? -.

Departamento J4 - GintamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora