Acostada boca bajo en el piso del sótano me encontraba leyendo con detenimiento el día de compras que Julieta pasó para elegir el vestido perfecto para la fiesta de la noche donde vería a su Romeo,a su amado.
Era cierto que en este lugar y nueva rutina no tenía mucho por hacer más que contarme los cabellos uno por uno hasta que lo viera entrar por la puerta y recibir un azote,sin embargo los últimos dos días habían sido algo completamente diferente.
El día de picnic que había pasado con Jin me había parecido maravilloso,sin duda fue el mejor día de mi vida,lo fue más aún cuando me propuso salir de esta coladera,pero en la noche vino a inquietarme y esa misma madrugada me hice pasar por uno de sus recuerdos y aunque en ese momento pensé que tendría con que chantajearlo,ahora el remordimiento me comía la piel.
Lo que antes eran días de pensar en estrategias para huir de aquí,ahora se convertían en días de morderme las uñas,y morderme los labios porque era mi consciencia diciéndome lo mentirosa que era.Y cuando pensaba con la cabeza fría me daba cuenta de que en realidad sólo habían pasado ocho horas.
Ocho horas,no me imaginaba tener que cargar con esto durante toda mi vida.
Tenía ya el estómago lleno,y no podía parar de pensar en él,en si seguía dormido,o si aún pensaba en Annie,me imaginé todas las formas posibles en las que podría castigarme por entrometerme en su vida.
Por eso decidí tomar el libro y empezar a leer para distraer la mente y al menos lo había logrado,porque dejé de verlo en mi mente por al menos una hora,apenas me tallé los ojos y pude percibir un delicioso aroma que provenía detrás de la puerta.
—Eres una gorda Hee..
Murmuré y con lentitud me encaminé a la puerta aprovechando que esta no tenía llave,subí las escaleras sin hacer ruido y cual perro empecé a guiarme por el aroma hasta que me llevó a la cocina.
—Señora Mi.. -la llamé-. ¿Qué está cocinado?
—¡Oh linda! ,Estas aquí, ¿Por qué? ,¿Huele rico? -asentí y sonrió-. Puse un par de piezas de pollo a cocer -me mostró la olla-.
—¿Es para la comida? -oí el estómago decirme que tenía hambre-.
—Si algo así -pensó-. Es para el borracho de ese hombre,apenas unos tragos y se cree el rey del mundo a pero si viera lo miserable que es cuando despierta,le daría vergüenza,en fin.. ¿Tú tienes hambre?
—Ohh no -agité las manos-. Es solo que el aroma llegó hasta el sótano y no pude evitar en subir..
—Ya veo..
—Señora Mi -jalé su delantal y me alzó ambas cejas-. Disculpe, ¿Cree que yo podría ayudarle a cocinar el caldo del Sr.Jeon?.. -tartamudeé-.
—La comida del Sr.Jeon.. -repitió-. ¿Se puede saber porque esa idea tan repentina linda?
—Bueno.. -aclaré mi garganta-. Pienso en que sería una buena idea para demostrarle que estoy arrepentida y así podría remediar la culpa..
—Linda,el Sr.Jeon,es un hombre muy quisquilloso.. -arrugó la nariz-. No sabes el tiempo que me llevó ganarme el cariño de su estómago y por más de veinte años eh sido yo quien le cocina -formé una o en mis labios-. Notaría el cambio de manos en su comida..
—Quizás,yo podría cocinarle a partir de hoy.. -solté casi emocionada-. Quiero decir.. -bajé la mirada-. Usted dígame que hacer,lo haré a su manera -insistí-. Quiero quitarme la culpa de encima..
—Déjame decirte algo linda -me hizo verla directo a los ojos-. La culpa desaparece cuando se dice la verdad y se está convencido de no volver a pecar,no basta con hacerle un regalo al otro -en verdad era tan débil que casi lloro con su regaño-.
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La muñequita de un demonio |JJK (+15)
FanfictionEl señor Jeon, se aprovecha de la obligación establecida en el contrato y comienza a cuidar de la mujercita como si fuera suya. Convirtiéndola en su niña consentida, protegiéndola del mundo exterior. Hee, queda embelesada con la actitud paternal del...