—¡¿Quién te dio permiso?! -señaló-. ¡¿Qué te hizo creer que tenías el derecho a intrigar en mi vida?!—No,yo,no fue así, -intenté calmarlo-. Jungkook escúchame por favor
—¿Jungkook? -cuestionó-. ¿Cómo es que sabes mi nombre?, No solo te metes en mi vida,sino que también te atreves a llamarme por mi nombre , ¡Esto es el colmo! , Fue un error traerte aquí,solo mírate,eres una intrigada
—¡No,no lo soy! , ¡Yo soy Park Hee! -clavé mis puños a los lados y abrí los ojos de golpe para toparme con una cabeza blanca-. ¡Dios mío! -tomé una bocada de aire-.
—Guarde silencio -susurró y me hizo una seña-.
—No puede ser...
Sentí la boca seca,las manos comenzaron a sudarme y el cuerpo me estaba temblando,no sabía qué hacer,a cualquier parte que mirara encontraba mi muerte.Estaba en su habitación,estaba a su lado,había despertado entre sus brazos,su calor aún me acogía y por si fuese poco,en la orilla de la cama se encontraba un testigo.
—Venga conmigo.. -se me acercó,pero la alejé-. Tranquila..
—Voy a morir -solté-. Voy a morir -repetí-.
Estaba a la Merced de la bestia.
—La espero afuera,no tarde señorita -vi como cerró la puerta sin embargo fui incapaz de reaccionar-.
Me mordí los labios,y clavé mis uñas en las palmas de mis manos,intenté deshacerme de los escalofríos que sentía,me dije que tenía que pensar con la cabeza fría.Pero por más que lo intenté me fue imposible,seguía temblando como si fuera un cachorro y por mi frente corría el sudor,al no encontrar la clave llevé mi pulgar a la boca y lo mordí con fuerza hasta que sangró.
El dolor me hizo reaccionar.
Lo miré,tenía los ojos cerrados,la boca ligeramente abierta y su respiración era apenas audible,su cuerpo estaba tendido a mi lado,hoy abría los ojos y lo encontraba igual que ayer cuando los cerré.Aún no despertaba y eso me hizo soltar un suspiro,al menos la catástrofe no se iba a desatar tan temprano.
Me recargué sobre los codos y me di cuenta de que en realidad estaba acostada en una cama de cartas,las mismas que según sus palabras,eran muy preciadas para Annie.
Annie,su nombre resonaba una y otra vez dentro de mi mente.
El sentido del olfato despertó primero que el de la razón,y es que el aroma del cigarro invadió mi nariz,todo el cuarto estaba repleto de ese olor,inclusive yo,mi ropa y aliento apestaban,me sentía ida y sentía una tenue pero presente punzada en la cabeza.
Con cautela me reincorporo y me dispongo a juntar las cartas,cada que tomo una la reviso con sumo cuidado y confirmo que estén en buen estado,que en efecto no las haya arrugado por la gran torpeza de no quitarlas de la cama la noche pasada.Inspeccioné la recámara para verificar que no hubiera ninguna carta regada por el piso.
Conté alrededor de cuarenta y ocho naipes y volví a sentir el cuerpo tembloroso,no podía ser que el juego completo fuera así,estaba segura de que debía haber cincuenta,¿En qué momento se habían perdido la otras dos?
Corrí hasta el armario,deslicé cada camisa,metí las manos en cada bolsillo de los pantalones,sacudí los zapatos con la esperanza de que saliera un pedazo de papel,pero no fue así.
La cabeza me dio vueltas de los nervios.
Volví a la cama,y me asomé por debajo de ella,quizás se la había comido y no tenía intenciones de devolverla,tanteé con la mano y nada,quise arrancarme los cabellos,uno por uno hasta quedarme calva.Recordé cada una de las cosas que habíamos hecho,nunca salimos de la habitación.Esas cartas debían estar por aquí.
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La muñequita de un demonio |JJK (+15)
FanfictionEl señor Jeon, se aprovecha de la obligación establecida en el contrato y comienza a cuidar de la mujercita como si fuera suya. Convirtiéndola en su niña consentida, protegiéndola del mundo exterior. Hee, queda embelesada con la actitud paternal del...