Después de unos largos 45 minutos de partido, el pitido del árbitro indicando el descanso, hace que todos los jugadores terminen la jugada en la que estaban centrados, para dirigirse a la zona de vestuarios, y finalmente desaparecer por el túnel que lleva a estos.
Yo no puedo salir del palco de Ney, ya que me arriesgaría a que alguien me vea. Por eso mando a Francesca a por algo de comer mientras yo me quedo mirando mis redes sociales en el tiempo que la espero.
Cinco minutos después llaman a la puerta, por lo que me levanto y voy hacia ella para abrirla, lo más probable es que sea Francesca con bandejas en las manos por lo que no pueda abrir la puerta. Antes de abrirla pregunto quién es para asegurarme de que es Francesca, pero nadie responde.
Al abrir esta me encuentro con un par de personas que caminan por el pasillo, pero van centrados en su conversación y no se percatan de que he abierto la puerta. Justo cuando la voy a cerrar bajo la mirada y veo a Thiago frente a mi.
—Thiago, ¿qué haces aquí? Te he dicho que nos veíamos luego.— le digo mientras me agacho para quedarme a su altura.
—Por eso. ya ha pasado mucho tiempo desde que nos hemos visto y quería verte. Además le he dicho a mamá que me iba a ver a mis abuelos pero he venido aquí contigo.— dice de una manera que hace que se me caiga la baba. Entonces le cojo de la mano y le hago entrar en la sala para que podamos estar con la puerta cerrada y que nadie me vea.
—Bueno, pero no le puedes mentir a tu mamá y escaparte, porque te puede pasar algo malo y estarías solo.— le digo mientras caminamos hasta una de las sillas de la sala. Aún sin soltarle de la mano.
—Pero yo sabía que iba a estar contigo.—Me río por lo ingenioso que es.
—Bueno, vale.— Saco mi móvil y busco el contacto de Antonella en Whatsapp para avisarle de que Thiago se quedaría conmigo.
—¿Se lo vas a decir?— Me pregunta Francesca mientras entraba con dos botellas de agua y dos perritos calientes en las manos.
—Sí. No voy a dejar que vuelva solo por allí y no puedo llevarlo yo.— Le digo mientras me meto en nuestro chat y leo varios mensajes suyos que tenía sin leer. Hablamos hace un par de semanas la última vez. Ella siempre me preguntaba que tal todo y yo le contaba todo lo que me pasaba por la cabeza, pero nunca le dije cuando nos volveríamos a ver ni cuando volvería a ser todo como antes.
—Tía Valen, ¿me puedo comer tu perrito caliente?— Me pregunta Thiago mientras me pone carita de corderito.
—Le puedo llevar yo si quieres.— Se ofrece Francesca.
—Si gordo, cómetelo.— Le digo a Thiago mientras le acerco el perrito caliente que mira con los ojos como platos.— No hace falta, total si llama a sus padres se dará cuenta de que Thiago nunca ha estado con ellos y se preocupará más.
Abro el teclado de mi móvil y con los pulgares temblando le escribo el mensaje a Antonella: "Hola Anto, estoy con Thiago en uno de los palcos, me lo quedaré hasta que se acabe el partido. Tengo muchas ganas de verte, puedes venir si quieres."
Ella lo lee al instante y rápidamente se pone a escribir. "QUE HACES ACÁ Y POR QUÉ NO ME HABÍAS AVISADO???? Dime el número en el que estás, estaré en 5."
Le indiqué todo y no tardó en aparecer.
—Nooo tita ¿por qué le dijiste?. Seguro que ahora no me deja comerme el perrito.— me dice triste.
—Entonces cómetelo rápido y así no sabrá que te lo has comido.— Le dije susurrando porque había oído cómo llamaban a la puerta.
Francesca se acerca a la puerta y quita el pestillo momentos antes de que Antonella se avalanche hacia mí sin importarle que tenglo a su hijo sentado encima.
—¡Como te atreves a no decirme nada!—Me asfixia mientras me abraza.
—Mamá que me ahogas.— Oímos la pequeña vocecita de Thiago entre las dos.
—Y tú me has mentido y me has dicho que ibas a ver a tus abuelos. Estás castigado sin cenar hoy perrito...Valen...— Me mira cuando se da cuenta de que ya le había dado yo el perrito a su hijo.
—Oh venga, me lo ha pedido con una carita tan mona que no podía decirle que no.— Le digo mientras le aprieto de los mofletes y le muevo la cara de lado a lado y le sonrío.
—Bueno, pero ¿Qué has venido a hacer?— Pregunta mientras nos miramos Francesca y yo y nos sonreímos de manera sospechosa.
—Te va a tocar esperar 45 minutos, Anto.
PERDÓN POR EDITAR CADA MEDIO AÑO, PERO DE VERDAD QUE HE ESTADO MUY LIADA CON PRIMERO DE BACHILLERATO Y PLANEANDO LAS DEMÁS NOVELAS Y PASANDO UN SÚPER VERANO. Pero voy a volver, os lo prometo.
Mientras tanto, aquí teneís otro capitulito de vuestra novela fav.
LIKEANA <3.
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Nuestro juego | Paulo Dybala
Fiksi Remaja«Jugaron tanto que se enamoraron». Aclaración: TODO LO SUCEDIDO DENTRO DE LA NOVELA ES FICCIÓN, NADA DE ESTO HA SUCEDIDO Y CUALQUIER RELACIÓN CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA.