Luego de un accidente con una pintura en la cueva, la guardia del León (y otros animales) aparecen en la ciudad de Nueva York, donde tendrán que sobrevivir y salvar a los seres que habitan ahí.
(Esta historia ocurrirá en el final de la temporada 2)
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En la mañana, Kion tenía la cabeza perdida, no literalmente, pero estaba mareado, confundido, cansado. Se dio cuenta que se había levantado tarde, ya que vio a todos ya levantados y haciendo lo que querían, varios animales se habían amistado con los animales del zoológico. Kion suspiró. - Algo me dice que este día será cansado- susurro Kion. De pronto se escuchó un grito familiar. - ¡Zuka Zama!- gritó. Kion ya sabía de dónde venía ese grito, era Bunga, había caído en frente de Kion asustándolo. - Ahg, ¡Bunga!- gruñó Kion. - ¡Buenos días Kion!- dijo Bunga feliz, pero se dio cuenta que su amigo no tenía una sonrisa en su rostro, sino que tenía una expresión de preocupación- ¿qué pasa Kion? ¿Estás preocupado? ¿Molesto? ¿Cansado? No te preocupes, como dicen mis tíos, Hakuna Matata... - Sin preocuparse Es cómo hay que vivir A vivir... - cantó Bunga, peroKion lo interrumpió. - ¡Bunga! ¡No estoy de humor para cantos!- gritó Kion. Bunga se asustó un poco por el grito del león. Kion se dio cuenta de lo que hizo y se retiró.
Camino un poco... no quería relacionarse ese día con nadie... pero de pronto vio rocas que caían del cielo. - Ay no...- dijo Kion, este día iba a ser un día duro- ¡Guardia del león!- llamo Kion. - ¿Qué sucede?- preguntó Beshte. - Están volviendo a caer rocas, y cerca de... eh... - Kion no encontraba las palabras para describir las "rocas altas". - Se llaman edificios- dijo Ndoto, que estaba cerca de ahí, de nuevo. Kion asintió. - Bueno, vamos- dijo Fuli. - ¡Si! - dijeron los demás con ánimo, menos Kion.
La guardia del león corrió hacia el lugar donde caían las rocas, que ahora eran más grandes. - Kion, ahora te toca a ti, tienes que rugirle a las rocas llevándolas a otro lugar como lo hiciste ayer con el árbol de baobab- dijo Bunga esperando con ansias ver el rugido. - Si, si- dijo Kion sin ánimos. Se puso en posición de rugir, y le rugió a las rocas llevándolas a otro lugar, caían tan rápido como metioritos. Kion rugía, y sus amigos solo lo veían trabajar. Eso le molesto, el como líder hace todo, y sus amigos no...
Pasó un rato rugiendo, hasta que se cansó y perdió el control, y accidentalmente, le rugió a una roca llevándola a dirección a un edificio, haciendo que este se rompa y se caigan algunas de sus partes al suelo, los vidrios se rompieron, las paredes colapsaban, en conclusión: se derrumbó el edificio. - Ay no...- dijo Kion viendo lo que hizo.
De pronto, vinieron muchas personas y rodearon a la guardia del león. En sus manos tenían unas escopetas, apuntando a la guardia. - K-kion... ¿que hacemos?- preguntó Fuli asustada. Kion no le respondía, estaba mirando a las personas, pensando en cómo escapar de esta... Pensó rápido e incorrectamente, y le rugió a las personas, haciéndolas volar, a varias. Algunos salieron corriendo y no se dañaron... pero hubieron otras que si... Kion estaba desesperado, se dio cuenta de lo que hizo, huyó, y sus amigos lo persiguieron.
Las personas decidieron ya no perseguirlos, les había asustado demasiado ese rugido. De pronto, el jefe de los militares apareció, miró a las personas dañadas por el rugido. Algunas se levantaban, con dificultad, otras no... - ¿Y si no son buenos?- se preguntó.