°Be my Hᴇʀᴏ° [ V̷I̷P̷E̷R̷I̷N̷E̷T̷T̷E̷ ̷ ] [ 𝗟𝗨𝗞𝗔𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 ] [+18]

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*Este capítulo contiene alto contenido de violencia, favor de mantener la discreción*

Hawk Moth sonrió ante la cara de horror que llevaba el menor en el rostro.

"Sí, todo sale como lo planeamos" Sonrió con malicia.

—No tienes por qué tenerla aquí, ella ya no tiene el miraculous, libérala —habló Viperion con fuerza, aún con la mano sobre la herida de su hombro, tratando de detener el dolor y sangrado.

El hombre mayor volteó a ver la fémina amarrada del otro lado del lugar, observándola como si apenas recordara que ella estaba ahí.

—Ah... es verdad —sonrió observándola—. No te preocupes, ella estará muuuy bien —cuando arrastró las palabras de aquella manera tan maliciosa, el chico se aterró y trató de moverse incluso en su estado.

—No tienes que molestarte —Mayura enterró sus dedos por encima de la mano de él que sujetaba su propia herida, lo cual provocó un quejido horrible de dolor por parte del menor—; no tienes ni siquiera las fuerzas para moverte; menos para atacar, o intentar algo.

Viperion volteó a verla, y en sus ojos el fuego mismo se reflejó.

—Pero sí puedo destruirte a ti —la mayor apenas parpadeó, Viperion se lanzó contra ella, comenzándola a golpear en el rostro.

De inmediato Hawk Moth corrió en su dirección y se abalanzó contra Viperion, separándolo de la mujer y aventándolo del otro lado, provocando que rodara en el piso.

—Me alegra que pongas tanto empeño —se pasó ambas manos por la cabeza, como si limpiara su sudor inexistente—. Porque entonces puedo pensar que mi batalla no es con un niño, sino con un hombre —Viperion retrocedió sobre el suelo con ayuda de sus manos, pero entonces Hawk Moth se puso de cuclillas y lo tomó de los extremos del cuello de su traje—, y entonces, no sentiré ningún remordimiento al destrozarte —entonces, con una fuerza abominable, comenzó a golpearlo en el rostro, sujetándolo contra el suelo, y así desquitando no sólo sus sentimientos, sino lo que le había hecho a Mayura.

Marinette comenzó a revolverse en su lugar, completamente desesperada por ser liberada para poder ayudarlo.

Entre más golpes recibía Viperion, más grande era su desesperación.

Se sacudió con fuerzas en contra de los lazos que la retenían, mientras que su corazón se agitaba y en su garganta se hacía un nudo.

—No, no —repitió mientras veía la sangre alrededor del chico y en los nudillos del mayor—. Luka —susurró su nombre; no resistía más, no soportaba más no poder hacer algo—. Luka —continuó agitándose, revolviéndose como loca en su lugar, pero ante la frustración de no poder liberarse, inevitablemente sus ojos comenzaron a ponerse acuosos.