°Be my Hᴇʀᴏ° [ V̷I̷P̷E̷R̷I̷N̷E̷T̷T̷E̷ ̷ ] [ 𝗟𝗨𝗞𝗔𝗡𝗘𝗧𝗧𝗘 ] [+18]

18

Brincaron por las techumbres entre bromas y risas, mientras que el viento del atardecer los envolvía en sus brazos.

Chat Noir brincaba y corría en cuatro como patas como gato, Viperion corría y daba entre maromeras y saltos, mientras que Multimouse, la preciosa chica que destilaba feminidad por cada poro de su cuerpo, se balanceaba colgada de su cinturón como si fuera una telaraña.

—¡Atrapa esto! —gritó el líder, lanzado su lira. Por instinto, Chat aceleró el paso y brincó por los aires hasta atrapar el instrumento con su boca.

Tanto Multimouse como Viperion soltaron a reír entre carcajadas ante lo que habían presenciado.

La chica aterrizó en un techo, para acercarse al gato quien se había detenido y estaba rascándose la oreja con una mano, mientras que se mantenía sentado sobre el techo.

—Eres tan lindo, gatito —le sacudió el cabello con ternura, sonriendo en el acto.

El rubio detuvo sus movimientos al sentir la mano de ella sobre su cabeza. Alzó la mirada y conectó sus ojos con los zafiros de la contraria, no pudiendo evitar enardecer ante su brillante y dulce mirada.

Sus mejillas se pusieron rojas, mientras que su corazón comenzó a latir desenfrenadamente.

—Hey, lo has hecho muy bien, Kitty —no pudo evitar rodear los ojos al escuchar la otra voz masculina, arruinando el ambiente que mantenía con la chica.

Viperion se acercó a los dos, y cuando se situó al lado de la menor, el de ojos esmeralda no pudo evitar notar que el mayor rodeaba la cintura de la fémina con una mano con "discreción".

Aquello lo notó muy extraño, y no era la primera vez que algo así pasaba; esos dos llevaban ya varias semanas actuando de manera extraña, y aquello lo molestaba demasiado.

—Creo que ya es muy tarde, el patrullaje termina por hoy —anunció Viperion, dando por terminada aquella reunión.

—Bueno, entonces yo...

—Amm... Multimouse... —Chat se puso de pie, acercándose a ella y pasándose una mano por el brazo—. Podemos... ¿podemos hablar un momento?

Viperion intercambió miradas discretas con la menor, pero ella asintió con la cabeza con complicidad.

—Ah, entonces... yo me retiro, nos vemos después —anunció el líder. Le dio una palmada en el hombro al rubio, y después de dirigir su mirada a la heroína, asintió para sí mismo y dio media vuelta, comenzando a correr para después perderse entre la lejanía de las techumbres.

—Qué... ¿Qué es lo que sucede, Chat? —se dirigió a él con duda.

—En... en realidad... —se llevó una mano a la cabeza, enredando sus dedos entre sus hebras medianamente largas—. Quería que supieras algo...