Capítulo 48 - Presión.

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—Muchos ya me conocen pero para los que no, soy Camila Williams y como están enterados trabajaré con ustedes los próximos meses

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—Muchos ya me conocen pero para los que no, soy Camila Williams y como están enterados trabajaré con ustedes los próximos meses.

Sabía absolutamente todos los nombres de los trabajadores presentes en la mesa a excepción de dos caras desconocidas.

—Gracias Camila por honrarnos con tu presencia —Dianne se levantó de su silla de cuero caminando hacia mi, extendió una palma dando a entender que tomara asiento. —Como saben, a lo largo de los años he velado por la empresa, la he cargado en mis hombros, la he puesto por sobre todas la cosas para sacarla adelante y cumplir nuestras metas. Por supuesto que no habría podido hacerlo sin todos ustedes.

Sus tacones puntiagudos repiqueteaban por el mosaico con cada paso. Era como si cada uno lo hubiera premeditado.

—Sin embargo, no viviré para siempre. En algún punto el mundo tiene que descansar —sonrió y las risas apaciguadas acogieron el ambiente. —Muchos están al tanto de lo que se ha rumoreado por meses, déjenme decirles que sí, me voy a retirar.

Los murmullos no tardaron en aparecer. Fijé mi vista en la mesa, las piernas cruzadas y mi dedo índice jugando con el anillo de la izquierda.

—Camila Williams será la nueva CEO mientras que yo pasaré a ser copropietaria.

El silencio volvió a reinar y el rostro decepcionado del director operativo me hizo replantear que no todos me aceptarían aquí. Estaban en todo su derecho ya que era una inexperta y amenzaba con llevar a la quiebra la empresa por no saber manejar una antes. Sí, trabaje un par de meses antes de los 18 y tuve una pasantía al finalizar mi carrera pero no significaba nada. Eso sin contar que las personas aquí me doblaban la edad. George, el director operativo, llevaba aquí el suficiente tiempo como para conocer a la perfección el ambiente y de no ser por mí, sería el sucesor de Dianne. Por supuesto que entendía su desencanto.

La reunión continúo con su monólogo y un par de asuntos que atender. Finalizando por fin, subimos al elevador y entramos ambas a la oficina. Un suave intercambio de palabras hasta que llegó a lo que menos quería.

—El abogado me dijo que te saco de la cárcel hace 1 mes —ordenó las carpetas entre sus manos. —Había olvidado mencionarlo antes.

—Estación de policía —corregí sintiéndome incómoda de que se enterase.

—Es lo mismo. Te detuvieron por alterar el orden público —esperaba que explotará contra mí en uno de sus clásicos sermones que claramente merecía, sin embargo mantuvo la calma. —¿Volviste a beber?

Un escalofrío recorrió mi espalda y mi estómago se revolvió.

—No, lo juro —rasqué mi brazo. —Ese día apenas y di un sorbo. No comencé la pelea, me defendí.

—Bien —asintió luego de unos segundos donde dudó de mi sinceridad. —Al menos nadie se enteró.

—Nadie me conoce —seguí jugueteando con mis dedos.

L O N D R E S [ N.H ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora