Capítulo 9 -Me robaste a mi chico

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—¿Segura que estás mejor? Nos podemos quedar en casa —le volví a preguntar.

—Niall... —suspiró y con cansancio pronunció de nuevo las mismas palabras sin dejar de sonreír, cosa que se le estaba complicando al seguir molestándola con la misma pregunta.  —Estoy perfectamente bien.

—¿Segura? —se le borró la sonrisa obteniendo a cambio una mirada asesina. —Era una broma.

—Pues tus bromas ya no son graciosas —frunció el ceño con la mandíbula aún apretada, por instinto alborote su cabello.

—¡Niall James Horan deja de hacer eso! —chilló desesperada.

—Tranquila preciosa —le guiñe un ojo, enseguida desvío la mirada con sus brazos cruzados. —Sigues viéndote bien.

Habíamos pasado estas dos últimas semanas y medias de agosto juntos. La hacia reír y enojar siempre que podía, también sabía más cosas sobre ella. Disfrutaba pasar el tiempo a su lado charlando o simplemente en silencio. Me he dado cuenta que ella casi todo el tiempo se la vive encerrada en su mente y me da curiosidad que es lo que tanto piensa, a veces mientras lo hace tiene un semblante preocupado o triste o me encuentro viéndola con esa sonrisita tan propia de ella que hace que me confunda cada vez más.

Prácticamente no me he despegado de ella en todo este tiempo, eso la confundía, lo podía ver en sus expresiones faciales que le costaba ocultar. Una vez le pregunté si le incomodaba mi presencia.

—Para nada. Estar a tu lado es perfecto —decía enseguida. —Solo se me es raro tenerte tan cerca de mi.

Y bueno, era normal decir eso. Prácticamente estaba dedicado a sus necesidades, cualquier mínimo síntoma alarmante que padeciera me preocupaba y la mandaba a reposo, no era paranoico, para nada, sólo era cauteloso ante una herida en la cabeza debido a su alto riesgo, que una contusión la atacará era peor y un derrame... Ni siquiera quiero pensarlo. Le preparaba de comer, limpiaba su dormitorio y casa en general, le leía sus libros favoritos por que cuando ella lo hacía le dolía un poco la cabeza, limpiaba sus heridas, le llevaba de comer a la cama o al sillón. Cuando quería caminar tomaba su mano aunque me dijera lo innecesario que era ya que no había tenido una fractura de pierna. Los primeros días la acompañe cuando iba a ducharse, no vi nada más que una puerta corrediza, mi razón de invadir su privacidad eran los mareos que la atacaban y no iba a volver a ese hospital con una emergencia por sangrado ni me iba a arriesgar a una fractura de cráneo que había librado una vez, no dos.

—¿Qué es lo que piensas? —me preguntó sacándome de mis cavilaciones.

—Te he hecho la misma pregunta y siempre respondes que nada así que responderé de igual manera.

—¿Es en serio? —se cruzó de brazos y alzó una ceja.

—¿Cómo es que haces eso sin que te duela?

—¿Hacer que cosa?

—Eso —señalé su ceja levantada.

—Ya no duele, James —tararee. —¿Qué?

—Nada, ya vámonos.

—No lo sé, Niall, ve tú.

—Creí que te sentías mejor, ¿los dolores volvieron? —mi preocupación volvió a crecer.

—No, nada de eso. Realmente me siento bien, lo decía para que sólo fueras tú y te diviertas con tus chicos, conmigo ya te aburriste demasiado.

—Camila, no será divertido si no vas.

—Claro que lo será, yo estaré ocupada visitando a Danielle.

—No serás la única chica, también estará la novia de Liam.

L O N D R E S [ N.H ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora