Capítulo 34 - Visiones a futuro

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El viaje al aeropuerto fue bastante veloz conmigo al volante, sin sobrepasarme como ayer hizo Camila, claro

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El viaje al aeropuerto fue bastante veloz conmigo al volante, sin sobrepasarme como ayer hizo Camila, claro. En menos de 1 hora llegamos al hangar para que mi Jet privado nos esperará al igual que la asistente de vuelo y el piloto al pie del mismo.

Saludé a todos y agradecí que estuvieran aquí. Posteriormente le tendí las llaves del auto a uno de mis guardaespaldas y deje que uno de los empleados se encargará de las maletas pesadas. Levanté mi mano señalando el camino para que ella pasará primero y cuando subimos las escaleras posé mi mano en su espalda baja, cuidando de no tropezar.

Una vez arriba, caminó observando el interior en un largo silencio antes de tomar asiento en el sillón de cuero. Imite su acción quedando de frente con una mesa interpuesta entre ambos.

—¿Pasa algo? —junte mis manos con los codos apoyados en la mesa.

—Es extraño. —Habló luego de unos segundos en silencio.

—Ya has viajado conmigo en el Jet.

—Lo sé. Me refiero a que es extraño que me lleves a Irlanda a conocer a tu familia. Es... Irreal.

—¿No te agrada la idea? —el tono alarmante en mi voz me delató un poco.

Lo que menos deseaba es traerla a la fuerza que, aunque no me lo reflejó en todo el camino, posiblemente se haya quedado atrapada entre Matthew y sus ideas convincentes, las cuales ya estén siendo dispersadas.

—No es eso —se apresuró a decir calmando el rumbo de mis pensamientos. —Simplemente no me la creo. Ya lo dije, es irreal.

—Lo estuve pensando días. Imaginaba estar en la cena con mi familia pero por alguna razón también estabas allí y me animé.

—Comienzo a sentir nervios —rió por lo bajo.

—Ya lo creo —le sonreí.

Nos abrochamos el cinturón cuando el Jet despegó y nos mantuvimos charlando la mayor parte del tiempo hasta que una llamada interrumpió a Camila. Su rostro alegre cambio a uno temeroso. Era su madre y luego de un intercambio corto de palabras monosílabas, colgó.

—¿Todo bien? —me incline sobre mis codos buscando algo fuera de lugar.

—Sí... —Dejo de hablar mientras veía un punto fijo en la mesa. Me miró con diversión antes de estallar en risas nerviosas. Algo salió mal.

—¿Fue algo muy malo? —respiró con dificultad en un vago intento de calmarse.

—Me ha dicho que me da vacaciones, que me quiere mucho y que desea lo mejor para mí.

—Oh... —Se quedó perpleja al decirlo en voz alta.

—Ella no es así. —Una mirada melancólica la embargó. Me sentí mal por ella. —No llamó ni una sola vez para desear felices fiestas cuando me fui de California.

L O N D R E S [ N.H ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora