L O N D R E S [ N.H ]

Capítulo 12 -Error.

Los relámpagos hicieron acto de presencia iluminando el cielo oscuro y a su vez los truenos retumbaron creando eco por toda la ciudad. Provocando que de un momento a otro se hiciera la descarga de gotas de lluvia esparciéndose y humedeciendo todo a la vez que se hacía más potente con el paso de los segundos. Las aceras estaban vacías y los pocos que las pisaban iban corriendo a toda velocidad para refugiarse en algún local cercano, ignorando las caídas y tropiezos sin aminorar el ritmo de sus pasos. Los bares estaban tupidos de personas, los negocios ya habían cerrado y los únicos habitantes de las abandonadas calles de Londres eran los coches que deambulaban por la ciudad buscando llegar a sus casas de la manera más rápida.

Tome la maleta con la mano izquierda y con la derecha abrí la puerta del taxi. Niall se había adelantado a pagarle. Salimos corriendo pasando de la reja atravesando el jardín delantero. 

—¡Cuidado! —él me alcanzo a tomar del codo antes de que resbalará.

—Gracias —seguimos hasta llegar a la puerta. Me di cuenta que había un auto estacionado al extremo de la casa, cerca de la cochera.

—Si no tomo tu brazo...

—Probablemente mi cabeza hubiera estrellado contra el piso —reí al imaginarme a mi misma en esa posición.

—El clima esta como loco —saco las llaves y abrió la puerta. Colgué mi chamarra en el perchero.

—Esperemos y no... —me detuve al ver a Harry sentado comiendo un trozo de pizza mientras veía el televisor, eso explicaba el range rover estacionado. —Harry, hola.

—Hola —me sonrió. —¿Quieres? —ofreció mostrando la caja que contenía la mitad de la pizza.

—No, gracias.

—¿Qué haces aquí? —preguntó  Niall.

—Tengo las llaves.

—Es mi casa —alzó la ceja.

—Ya lo sé —contestó siendo obvio sin apartar la vista del televisor.

—¿Y?

—¿Qué quieres que diga? —lo miró atentamente, con una expresión de aburrimiento.

—Tal vez un "Niall, lamento invadir tu morada, no lo volveré a hacer, discúlpame".

—Olvídalo —siguió mordisqueando su pedazo de pizza y viendo la televisión. Niall solo giró los ojos y se dirigió a la cocina en dirección al refrigerador. —Además estoy molesto por que vine a verte y me tope con una casa vacía, te mande mensajes de texto y nunca respondiste.

—Me da igual —le contestó.

—Camila, ven —Harry palmeo el sillón para que tomara asiento a su lado y así lo hice. Paso un brazo por mi espalda, él estaba muy calientito. Algo que se necesitaba con el frío que estaba haciendo. —Espera a que grite.

—¡Mierda, Harry! ¡Te has acabado mi comida! —Niall gritó. Amplíe mis ojos y solté una risita al igual que Harry.

—¿Desde cuándo estas aquí? —le pregunté en voz baja.