—Sooyoung, si te gusta ¿por qué no te declaras? - Preguntó Haseul, curiosa, no entendía a Sooyoung.
—Me da miedo arruinar nuestra amistad, no sé si es correspondido.
—Mi consejo como amiga es que te lances, cuanto más reprimes tus sentimientos más grandes se hacen. Si ella no te quiere pueden ser amigas y ya, y en el caso que ni eso hazme caso que ella no es la indicada.
Esa conversación aclaró a Sooyoung. Quería declararse, quería decirle todo lo que la amaba, si no se arriesga no gana.
Así que el 21 de octubre, un mes después invitó a comer a Jiwoo el viernes después de clase, donde se conocieron. Ya allí se sentaron donde siempre, en esa mesa que nunca fallaba y comieron juntas.
—Jiwoo, necesito comentarte una cosa.
—¿Si? ¿Qué pasó?
—Me gustas. Y muero de ganas de salir contigo y poder darte besos en tus dulces labios todos los días. - Dijo Sooyoung mirándola a los ojos seriamente.
Jiwoo sonrió levemente, le ponía tan feliz escuchar eso. La conversación que tuvo con Jungeun hace un mes o así la hizo descubrir que lo que ella sentía por Sooyoung si era amor, el problema es que era lo suficiente cobarde como para no ser capaz de decirle te amo, se alegraba tanto de que ella tomase el primer paso.
—Realmente estaba pensando como decirte lo mismo. A mi también me gustas, mucho. - Respondió tras unos segundos de espera. Sooyoung esbozó una gran sonrisa y sus ojos se iluminaron, quería llorar de felicidad.
—Entonces ¿te gustaría salir conmigo?
—Me encantaría. - Lo primero que hizo Jiwoo fue darle un tierno beso en los labios, la otra correspondió muy contenta. Oficialmente eran pareja.
Ese fue probablemente el año más feliz de toda su vida, sin exagerar. Pasó muy rápido el curso y mantenían una sana y bonita relación.
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