6

162 25 1
                                    

- Toc toc.. Toc toc.. Toc toc

- Buenos días, Jackson

- Menos días señor Appa de lombriz!

- Mark no está, Jackson

Levanta una ceja viendo como la sonrisa del mocoso se transformaba en un puchero y sus ojitos se llenaban de lágrimas.

- Po.. Po

Respira profundamente haciéndose a un lado antes de que Jackson comenzará a llorar, Mark nunca había sido un niño caprichoso o de llorar por lo que no tenía paciencia para los berrinches.

- Entra, te daré una galleta si dejas de llorar

Sacude levemente la cabeza viendo como el pequeño niño daba saltitos hacia la cocina, nuevamente sonriente y lleno de energía. Realmente ese niño lo agotaba de solo verlo.

- Dopolate?

- Chocolate

- Cocolate

- Cho.. co.. la..te

- Po... Po... Da.. Te

Minion. Definitivamente Jackson era un minion perdido.

Sube al niño a la barra dejando entre sus manitos una de las galletas que había preparado para la actividad que Mark tenía en su escuela al día siguiente. Deja otra galleta en la mano libre del mocoso evitando que comience a tocar las cosas que estaban a su alrededor.

- Madk?

- Jae lo llevó por cuentos

- Señor Omma risitas?

- Si

Mira a Jackson que miraba atentamente su galleta dándole pequeños mordiscos.

- Madk gusta pated?

- Que si a Mark le gustan los pasteles?

- Chi

- Si, le gustan

- Poremos haced?

Suspira ante los ojitos esperanzados e ilusionados del menor, diablos, el mocoso era una cosita adorable y era difícil decirle que no si ponía esos ojos. Asiente antes de mover una silla hacia la encimera, podía llegar a ser divertido, solo esperaba que el mocoso supiera controlar sus manitos curiosas.

- Esta bien, Jackson, hagamos un pastel para Mark

- Chi!

Arruga la nariz cuando ve las manitos llenas de chocolate del mocoso y niega levemente antes de limpiarlas con un paño húmedo. Definitivamente le gustaba cocinar con Jackson pero nunca diría eso en voz alta ni siquiera bajo amenaza de tortura.

El pequeño niño no sabía estar callado pero buen ayudante a diferencia de su pareja que prefería estar comiéndose los ingredientes o Mark que simplemente se quedaba de pie a su lado en silencio como una especie de acosador de dulces.

- Huede bonito

- Es el olor del pastel

- Huede dico como madkie

Parpadea despacio viendo a Jackson lamerse los dedos llenos de dulce.

Diablos, su vida estaba arruinada.

+

- El señor Kim dijo que podia ir a dormir a su casa esta noche

Levanta su cabecita para ver a su Omma y le hace un pequeño puchero esperando que acceda.

Ya era una costumbre que durmieran juntos la siesta o a la noche y desde que Mark había cumplido años dejaban que se fueran solos al parque de enfrente o volver solos a casa, aunque ninguno de los dos día que Youngjae o Bam Bam los vigilaban de lejos, ninguno quería sacarle la emoción a Mark de sentirse "una lombriz adulta".

- Si a los papás de Jackson no les importa, esta bien

- Y puedo darle mi regalo ahora a Jackson?

Cuando estaba con su Omma comprando nuevos libros de cuentos vio en la tienda de enfrente pijamas a juego y había molestado a su Omma hasta que accedió a comprarlas.

- Si te digo que no vas a encontrar la forma de dárselo a escondidas, no se porque preguntas

Se sonroja ligeramente bajando la vista a sus pies, porque su Omma siempre sabía todo lo que pensaba o hacía?

- Anda, corre a mostrarle a Jaebum los libros que elegiste

Suelta la mano de su Omma y corre hacia adentro de su hogar gritando por su Appa aunque se detiene de golpe cuando escucha las risitas de Jackson. La risa de su amigo le resultaba muy bonita, especialmente cuando sus ojitos se hacían medias lunas.

- ¡MICROBIO!

- MADKIE!

Deja caer la bolsa con los libros corriendo hacia la cocina al mismo tiempo que Jackson salía de esta, ríe alegremente cuando su amigo salta sobre él haciendo que fueran directo al suelo.

- Madkie! Vine pada mimir y do tabas

- Perdón, rata fea, fui con mi Omma por libros para leerte

Sonríe sintiendo sus mejillas calentarse y su pancita cosquillear cuando ve los brillantes ojos de Jackson al escucharlo, lo empuja suavemente y se pone de pie jalándolo consigo.

- Vamos a dormir

- Meno pincipeza, arios señor Omma risitas, arios señor Appa de lombriz

Aprieta la mano de Jackson hasta que este deja de mirar a sus padres y vuelve sus bonitos ojos hacia él, eso estaba mucho mejor.

- Tengo un regalo para ti, pequeño monstruo

Continúa hablando mientras sube las escaleras sin soltar los regordetes dedos de Jackson, se sentía calentito como para soltarlo. 

Historias de un microbio y una lombrizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora