Historias de un microbio y una lombriz

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Estaba aburrido, quería irse a casa y poder jugar con su lombriz. Los niños que eran parte de su salita eran aburridos y su lombriz dijo que eran sucios además de que siempre le estaban diciendo que era gordito, eso lo ponía muy muy triste pero su Omma y Markie le dijeron que era un niño bonito, si Mark lo decía, él lo creía.

Deja de dibujar la cometa que quería que su Appa le hiciera, levantando su cabecita para ver a la señora fea que los cuidaba cuando ella comienza a hablar, ella no le gustaba porque olía como a sopa y no de la rica que el Señor Appa de lombriz hacia. La señorita Su estaba hablando de bebes y como era que las cigüeñas los traían. Los bebes eran bonitos, él quería muchos bebés con su pincipeza lombriz pero cuando le dijo eso a su Appa este le dijo que todavía era demasiado pequeño. No le gustaba cuando le decían eso, solo le gustaba cuando su lombriz lo hacía.

Empuja sus lapicitos dentro de su mochila sin prestar atención, había tenido una idea genial y ahora que ya se podían ir se lo contaría a su pincipeza, seguro que él encontraría la forma de ayudarlo. Siempre lo hacía.

- Madkie!

- Hola Microbio salvaje

De un pequeño saltito se cuelga de su amigo riendo tiernamente cuando caen al suelo. Mark olía bonito, como a flores y vainilla.

Se pone de pie tomando los dedos de su amigo comenzando a caminar hacia su casita mientras daba saltitos, quería decirle su idea a su pincipeza pero se sentía avergonzado y hasta sus ojitos ardían.

-Madkie?

- Que quieres monstruo?

- Uh.. Decuedas ad bebe dojito?

De solo recordar como se le había resbalado la cajita roja que su Hyung le había regalado con su "bebe" le daban ganas de llorar de nuevo pero Markie lo había perdonado así que estaba bien.

- Si, qué pasa con eso?

- Quedo uno

- Uno que?

- Bebe

Ladea su cabecita con curiosidad viendo como el rostro de su amigo se ponía tan rojo como la camisa que utilizaba pero tenía esa mueca que ponía siempre que estaba pensando en algo, su nariz se arrugaba y sus labios se abultaban de forma bonita.

- De verdad?

-Chi

- Bien, yo te daré uno

- Chi?!

-Si

Suelta un gritito de alegría para luego volver a saltar sobre su amigo, feliz, Mark siempre le daba todo lo que quería.

+

Su atención estaba en el libro que su mejor amigo le había prestado pero toda concentración fue rota cuando Mark entró corriendo azotando la puerta.

- APPAAAAAAA

Dios, su hijo tenía los agudos de su pareja cuando se lo proponía.

- Mark? Qué sucede?

Deja el libro sobre la mesa poniéndose de pie para recibir a su pequeño entre sus brazos, frunce el ceño cuando apenas si es tocado por su hijo.

- ¿Dónde está Omma?

-Estaba en la cocina

- OMMAAAAAAAAAAAA

- Deja de gritar, Mark

Gruñe al aire ya que su hijo había desaparecido por la puerta.

Curioso siguió a su hijo para saber porque estaba haciendo tanto alboroto. Mark rara vez era así de gritón, ese era Jackson, tal vez lo estaba contagiando.

- Omma?

- Hola cariño

- Ya ya, no quiero besos Omma! Escúchame!

Inconscientemente sonríe cuando escucha la risa de su pareja, tan escandaloso.

- Esta bien, Markie, te escucho

- Quiero un bebe

No.. No.. no. Simplemente no. Esto no podía estar pasándole a él. MARK ERA UN BEBE, SU BEBE!

- Y de donde voy a sacar un bebe, Markie?

- ¿Se puede pedir por correo?

Hubiera reído por la ocurrencia de su hijo si no estuviera volviéndose loco. Jae solo decía que eran ideas de niños y todo el bla bla que seguía no lo sabía porque se había distraído mirando la boca de su pareja pero esas ideas no eran normales.

- Los bebés no se piden por correo, corazón

- Entonces como llegue yo?

- Es.. Porque quieres un bebe, Markie?

- Porque le prometí a Jackson que le daría un bebe

- Pero eres pequeño, Markie, no puedes tener un bebe.. Además deben casarse primero

- Esta bien, le diré a Jackson que nos casemos y pediremos un bebe por correo

Se aleja de la puerta jalándose el cabello, su vida había sido arruinada desde el momento que el mocoso Wang se mudo al lado.