Los movimientos reflejan emociones, el baile expresa lo que no puedes decir con palabras, el baile es una forma de liberar todo lo que llevas dentro. Sunoo adora ver bailar a Niki, el puede sentir todas las emociones en su baile.
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La semana había pasado volando. Aquel Miércoles toda la escuela estaba comenzando con los preparativos para el concurso. Los alumnos ensayaban por última vez, todos esperando que llegara el ansiado viernes.
-¡AAA! Me estoy poniendo ansioso- exclamó Daniel, dando saltitos por la sala de baile- Faltan dos días, ¡Y aún no sale perfecto!- hizo un puchero de frustración y se lanzó al suelo
-Daniel, ¡Nos a salido maravilloso! ¿Cierto Niki?- dijo Sunoo apuntando al menor con su palma extendida. El japonés estaba sentado con la cabeza sobre su mano derecha mirando fijamente al mayor, cuando este volteó a mirarlo, reaccionó con rapidez
-Sí, tienes razón- dijo el bailarín, sin saber realmente en que estaba de acuerdo
-Sunoo, la opinión de Niki no cuenta- reclamó el americano
-¡Hey! ¿Cómo que mi opinión no cuenta?
-No cuenta porque estabas como baboso mirando a Sunoo
-¿Cómo? Para tu información no estaba mirando a Sunoo
-Si claro, y yo soy un cerdo volador- replicó el menor rodando los ojos
Unas fuertes carcajadas resonaron el la habitación justo antes de que Niki pudiera responder. Ambos chicos observaron como el mayor se sostenía el estomago mientras reía
-¿Por qué Sunoo siempre se ríe de nosotros?- preguntó Daniel mirando al pelinegro cómo un cachorrito curioso
-Lo siento... Es que me recuerdan a SungHoon y Youngbin cuando pelean- explicó Sunoo mientras intentaba regular su respiración- Los cuatro parecen niños de cinco años JAJAJAAJAJAJAJA- comenzó a reir de nuevo con fuerza. Era una comparación extrañamente divertida
-¿No pudiste enarmorate de alguien cuerdo?- Susurró Daniel en dirección a Niki, pero este tenía la vista fija en su crush
-Es tan tierno- murmuró con amor, estaba completamente sumido en la belleza del mayor, que incluso ignoró las veces que su mejor amigo lo sacudió para regresarlo a la tierra
-Saben- dijo el americano llamando la atención de ambos chicos- Taki me debe un chocolate, es mejor que se lo vaya a pedir. Adiós- concluyó y salió corriendo del salón. No queria estar en una habitación con un aura tan romantica. Que asco
Sunoo detuvo lentamente su risa y comenzó a respirar con normalidad. Niki se mantuvo en silencio todo el tiempo
-Bueno... ¿Que tal su coreografía?- preguntó el mayor con la intención de disipar la incomodidad de el aire
-Vamos bastante bien, de hecho- respondió encogiendoce de hombros
-Cool...- musitó el pelinegro y se quedarón en silencio nuevamente
Al cabo de unos minutos Daniel volvió al salón, sorprendiendoce por el silencio
-Guau, nunca espere que ustedes estuvieran callados- dijo y comió otro trozo de chocolate.
