Para ser una mercancía, dos personas que debían ser las más confiables en la vida de este joven lo escoltaban a su trágico destino final.
Pese a esta vista tétrica, XiChen mantenía su semblante puro, aún era un joven que cumpliría su mayoría de edad dentro de dos días y su rostro tierno brillaba, su pelo corto y finamente peinado con rectitud hacía atrás lo hacían ver mas que educado. Desde temprana edad, tan digno y leal. Sin duda su valor se elevaría a un precio exorbitante, pensaron los dos seres que lo llevaban de ambos brazos, si fuera una familia normal este sería un momento tierno donde dos padres aprecian a su querido hijo tanto que no pueden soltarlo. La multitud en la calle creía esto. Pero, ¡oh, personas ignorantes que no ven más allá de sus propios límites! Ellos no sabían, ¡un sacrificio estaba por empezar!
¡No te atrevas a tocarme...!
En la oscuridad, cuatro personas se sumergieron. El lugar que habían encontrado era elegante y frío, las estatuas que adornaban el gran salón mostraban sus siluetas muertas con gracia.
¡No me toques...!
De las escaleras principales que se hallaban en medio de ese gran salón una mujer de mediana edad bajó, la mujer que era escuálida y pálida observó su reciente adquisición. El fuerte maquillaje cargado y el abundante perfume casi hicieron que XiChen se ahogara, soportó sin pestañear. Cuando la mujer sujetó su mandíbula y miró de izquierda a derecha el rostro de XiChen no dijo nada, lo soltó inmediatamente y fue directamente con los padres y el hermano; sacó una chequera y escribió una suma, firmó sin dudas ni murmuraciones y entregó el papel.
El trato fue sellado.
En medio del salón una figura esbelta se paró solitaria, ya no había nadie a su alrededor. Fue abandonado.
—Sigue al mayordomo, él te dirá todo lo que debes saber —dijo la mujer, luego miró al hombre de traje negro—, y tú, asegúrate de arreglarlo apropiadamente.
Mientras el mayordomo y XiChen atravesaban los pasillos las sirvientas los observaban, más al nuevo joven que desfilaba. Susurros como un océano turbulento chocaron en su oído.
—¿Es el nuevo?
—Lo es, la dama tiene muy buen ojo.
—Es cierto, el de esta vez parece incluso mucho más precioso que los otros.
—Pobre, debe estar pasándolo fatal.
—Ja, una cara bonita y triste; pero, es otro más que se vendió por dinero.
Se detuvo.
—¡...! —Las sirvientas que hasta ahora chismorreaban, hicieron un silencio profundo cuando XiChen detuvo su andar y las miró fijamente; y entrecerró más los ojos a la que dijo el último comentario. La piel de la mujer instintivamente se erizo en pánico y un cruel hielo parecía recorrer su columna vertebral.
Después del leve escarmiento XiChen siguió caminando. La briza que entraba por los ventanales sacudieron su corta melena, y aprendió a darle eco a sus pasos, toc, toc, toc, largos y profundos, quien camina solo aprendía a levantar la mirada con dignidad.
—No debiste haber dicho eso —dijo la pequeña sirvienta que lo compadeció—, él no se vendió, lo vi en el salón, fue su familia.
¿Qué es lo que sabes tu que miras de lejos? ¿El dolor ajeno es tu comida? El pan rancio no tiene sabor ¿Lo sabías? XiChen no protestaría ni reclamaría, ese silencio mortal se estaba haciendo un cuchillo de doble filo. ¿A dónde fueron sus gritos? No hay respuesta.
—Esta será tu habitación. —Le extendió la mano el mayordomo. Una larga fila de puertas en un pasillo largo, en el piso más alto. Las puertas contiguas estaban algunas abiertas y otras cerradas, de las cerradas no había nada que esperar, de las abiertas había que probar; la música y el humo salían y las risas de jóvenes se podía oír a corta distancia, parecían disfrutar su situación, o tal vez solo era que ellos habían llegado aquí de diferente forma lo que los hacía inmunes a sentimientos amargos. XiChen no podía entenderlos. Tal vez era otra clase de sufrimiento. Hundiéndose en un vicio.
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Rainy Star 💜💙✨
Romance«Jiang Cheng recuerda todo..., en su anterior vida nunca se dio cuenta de que la sonrisa de esta persona era la más brillante del mundo»