Rainy Star 💜💙✨

Capítulo 25 Una noche.

Cuando LuoXia vio los anillos su cara mostró una expresión gélida. Y dijo:

—Lo que amo de ti es tu voz. Yo a ti no...

Su voz se apagó antes de completar la oración; sin embargo, para Mao no hacía falta escuchar el resto. Guardó los anillos y se alejó lentamente de LuoXia.

Las noches tormentosas son especiales para mí, porque son capaces de guardar muchas cosas. El lamento, la tristeza, las lágrimas. Incluso el dolor punzante puede ser disfrazado con las agujas gélidas del frío.

En la interminable tormenta Mao mordió el dorso de su mano y se tragó sus sollozos.

Mientras más caminaba más sentía que perdía las fuerzas, en algún momento su hombro tocó la pared y finalmente sucumbió a su propio dolor. Deseaba saborear este sentimiento más tiempo y cerrar su corazón; pero, la vida no quería darle este breve elixir.

Brrrr, brrr, brrr. El celular vibró.

Mao aún mordia su mano pero con lo último de su valor sacó el móvil del bolsillo y contestó.

—Hola...

—¿Habla Mao?

—Sí...

—Oh, ¡que bien! ¡Me alegra que hayas podido responder! ¡Estoy en un grave aprieto! Un cantante acaba de fallarme y necesito un reemplazo, me dieron tu número, ¿crees que podrías venir ahora? ¿Por favor?

Mao consideró por un segundo la propuesta, no se sentía bien en ese momento y tal vez solo iría y arruinaría el evento..., entonces recordó.

«—Lo que amo de ti es tu voz».

Las palabras de LuoXia sonaron fuerte y claro.

—Así que es eso, si lo que más amas es esta voz, entonces no la tendrás... —Se secó la cara con su manga y aclaró su garganta.

Mao había perdido la racionalidad.

—¿Hola? ¿hola? ¿todavía estas ahí? ¿joven Mao?

—Deme la dirección, de acuerdo a eso le diré en cuanto tiempo puedo estar ahí.

—¡Gracias!

Terminadas las negociaciones Mao partió al sitio. Dispuesto a arruinarse a si mismo. Esta noche desgarraría a pedazos lo único que LuoXia amaba de él.

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En el gran salón las personas más distinguidas se reunieron. Al parecer no era una fiesta cualquiera, según lo que le contaron a Mao era el primer cumpleaños del hijo menor de los dueños de casa.

Cuando Mao llegó, la persona que lo había llamado lo recibió con gran alharaca, le dio el traje y preguntó que cantaría. Mao le dio una lista y los músicos fueron a prepararse.

Antes de su presentación se organizarían lo mejor que pudiesen así que le pidieron a Mao que esperara hasta la hora acordada y luego practicarían con él.

En su aburrimiento Mao pidió permiso para dar unas vueltas por el lugar. Así, se acercó de entre las columnas laterales al gran salón donde todos disfrutaban de los licores y la comida servida en las distintas mesas.

«—La celebración es para un niño de un año; pero, más parece la excusa perfecta para que los padres vayan a emborracharse. —Sonrío con ironía Mao».

—Waaau... Te pareces a mami —una pequeña voz sacó a Mao de su ensoñación—, mami también sonrie así antes de hacer una travesura.

Mao inmediatamente buscó de donde provenía la vocecita. Entrecerró los ojos sospechoso cuando no lo halló.