Capítulo 7 Tres días de una lluviosa estrella II canes solitarios

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Un ángel. Suaves y contorneadas piernas, un pecho liso y firme, el cuello esbelto. Su piel blanca como la nieve, una porcelana de suavidad extrema. Ese liso y suave cabello que se esparce como tinta en el agua, al tocarlo se enreda entre los dedos produciendo una sensación suave como plumas revoloteando en las manos. En esos ojos, suaves miradas son un platillo exquisito. Los labios finos que tiene esa persona parecen un manjar digno de dioses...

Jiang Cheng se dio un fuerte golpe en la cara con la palma de su mano. Era meritorio, desde que había visto la escultural belleza de esta persona, la imagen mental se intensificó y no pudo borrar absolutamente ninguno de estos recuerdos —él no quería borrarlos—, incluso si eso implicaba recibir una probable llamada de atención.

Una belleza incomparable, pero como un caparazón externo esto al final sería desechado con el tiempo, mas el caso de XiChen era distinto, su figura exterior era solo una envobiena extra, lo realmente hermoso se hallaba justo en el interior. Al abrir capa tras capa del recubrimiento con el que estaba envuelto se hallaba un tesoro, Jiang Cheng sabía esto perfectamente, una vida pasando por alto tanta belleza, en alguna parte de su interior pudo sentir algo de arrepentimiento imperceptible, solo ahora podía realmente abrir las cortinas que cubrían la ventana en frente de él y ver un paisaje más amplio de lo que jamás había imaginado. Mas esto era el resultado de esta nueva vida, mientras en la anterior siempre pensó en la prosperidad de su secta y apoyar a su sobrino, sus prioridades fueron distintas y su camino fue en otra dirección. Pero en esta vida la aparente paz era de alguna forma algo del día a día, dándole la oportunidad de seguir otra ruta.

Podía detenerse a ver cuidadosamente aquello que antes había obviado.

Pero entonces, había algo con lo que no había contado, por alguna razón Jiang Cheng había adquirido una habilidad tremenda para oscurecer a XiChen. Era probable que la próxima vez que se encontraran terminarían en algún enredo que terminaría haciendo que XiChen se llevará una nueva mala imagen de Jiang Cheng.

Llevarse bien.

Esta sería la prioridad del antiguo líder de secta Jiang Cheng, si eran buenos amigos y colegas del pasado todo iría bien en el futuro.

Además, por su culpa XiChen había perdido el trabajo, sí, era completamente su culpa. Pero no pudo mencionarlo de esa forma abierta frente a él. De pronto en su cabeza llovieran pequeñas estrellas imaginarias pinchándole la conciencia con las puntas.

Y así, mientras daba vueltas en su cama con pensamientos confusos recordó, el timbre de su celular seguía teniendo la misma tonada... I need your love.... y antes de dormir buscó en su lista, el nuevo tono había sido escogido, For you. La voz de Lynn resonaba fuerte y melodiosa entre la guitarra y el bajo, con una emocionada batería.

Después de cambiar la melodía, puso en la mesita de noche el celular y se cubrió con las mantas, cerró los ojos mas no durmió.

Debía tratar de dormir, pero no podía, mientras más se hundía en las mantas más recordaba...

Lo que no le contó.

Aquel día, después de hablar con el doctor y que este le dijera que XiChen no despertaría, bajó rápidamente las escaleras del nosocomio y su primer pensamiento fue ir y tratar de arreglar una vida. Si averiguaba que es lo que le atormentaba en esta vida a XiChen, tal vez podría decirle con confianza y la cabeza en alto que no habría nada a que temerle, que no hacía falta volver a un lugar tan frío y solitario, que el sol estaba esperándole con los brazos abiertos. Que ya no le dañarían... Que podía despertar.

Mientras Jiang Cheng corría de vuelta a la tienda de mascotas de XiChen en ese momento, en su hogar alguien se había atrincherado detrás de un sofá en la sala.

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