Capítulo 3 ¿Es solo un nombre?

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—¿Se encuentra bien? —El joven tendero parecía preocupado cuando vio a Jiang Cheng soltar la bolsa que llevaba y permanecer aturdido en su sitio.

El joven que no parecía mucho mayor que Jiang Cheng no escuchó lo que este dijo. Su tez se puso pálida y salió de atrás del mostrador. Se dirigió hacía Jiang Cheng y estando a un paso de él se agachó. El alguna vez líder de secta de Yunmeng, siguió silenciosamente con la mirada a esta persona, desde lo alto de su mirada pudo recorrer su espalda y parte de su rostro. Era él de pies a cabeza, no hubo duda.

Lo primero que hizo el joven fue recoger lo que había caído. Y acomodar lo que aún podía salvarse.

—Disculpe. Sé que es descortés de mi parte, decirlo así; pero... —El joven aún miraba las cosas que recogía mientras se detenía lentamente—. ¿Podría dejar de mirarme así? Es incómodo.

Ugh.

Jiang cheng tragó un bocado de saliva y con una pequeña tos desvió su mirada. En realidad no se dio cuenta de sus acciones. El joven al verse liberado de ese escrutinio pesado volvió a lo suyo y después de recoger la bolsa se levantó y entregó el objeto a su dueño.

—Aquí tiene.

—Gracias. —Jiang Cheng no podía dejar de verlo como si hubiera visto un fantasma. E inconscientemente tocó la mano del otro cuando le entregaron la bolsa. Agradable. La calidez en la mano del joven era demasiado agradable y esa tibieza también hacía notar que era real y no un fantasma.

El joven que ya había reprendido una vez a este hombre frente a él, solo podía soportar este extraño comportamiento ante sus ojos.

Solo cuando notó el sudor frío que empezaba a desprenderse del joven, Jiang Cheng volvió a apartar su mirada y a entrar en razón.

—Lo siento, es solo que me recordó a alguien del pasado. A un colega. —Jiang Cheng, parecía más recompuesto.

—Ah... Era eso. —El joven suspiró aliviado después de saber la razón de tanto escrutinio.

—¿Puedo preguntar como de llama? —interrogó Jiang Cheng mientras se separaban.

—XiChen.

«—XiChen... —pensó Jiang Cheng—. Así que aún usa el mismo nombre».

—¿Solo Xichen?

—Verá, eso...

¡Guau! ¡Guau!

—¡...!

—¡...!

El ladrido de un pequeño can hizo que ambas personas se exaltaran. Desde un lado un mullidito, esponjoso y pequeño cachorro de pelo negro y amarillo jadeaba mientras agitaba su cola de un lado a otro. Su boca con evidencias de migajas del bollo que rodó de la bolsa de Jiang Cheng.

«—Cachorrito... —Jiang Cheng pensó. Su mano se contrajo con una pulsación, se tambaleó casi a punto de abalanzarse al pequeño invitado; pero, con su fuerza de voluntad casi al máximo se contuvo».

Algunas cosas no cambiarían.

—¡Kari! —XiChen se acercó rápidamente a la pequeña, se paró derecho frente a ella y cruzando los brazos a manera de regaño—. ¿Qué haces despierta? Y haciendo travesuras.

—¡¿Cómo le llamaste?! —Jiang Cheng abrió los ojos incrédulo a lo que había oído.

—Kari... —XiChen miró extrañado a Jiang Cheng—. Porque su nombre es Kari. O bueno, temporalmente.

«—Así que está es kari —pensó, una sonrisa irónica apareció en su rostro y la imagen de una mujer apareció en su mente—, ahora entiendo por qué Wen Qing dijo aquello; pero,...»

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