Capítulo 32.5 El lamento del can

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Ah... Shizun tiene ojos realmente bonitos...

-Shizun... no llores, estaré bien...

Desearía que dejaras de llorar. Lo siento.

-Nos vemos en el otro lado...

Ah... incluso tus lágrimas parecen cristales cayendo en mi rostro, es como una lluvia cálida.

-Shizun escúchame, shizun tiene derecho a decir no, no lo olvides. Nadie tiene el derecho de obligarte a hacer algo que no quieres.

Perdón shizun, sé que estas preocupado por mí; pero, incluso en el último momento el rabillo de mi ojo sigue apuntando a un solo lugar. Mis párpados que se niegan a resistir más tiempo han empezado a caer todo se está poniendo oscuro, soy yo cerrando los ojos, ¿ o tal vez solo es la muerte cerrando el telón? Shizun... si no fuera por ti ni siquiera hubiera podido aprender estas palabras. Hay tanta amabilidad que me diste, aún regañandome y corrigiendo mis errores, y aún en este momento no puedo dedicarte esta mi última palabra, aquella que solo sale como un movimiento de labios sin sonido.

Mamá...

Aún así shizun no me regañó ni me odió por no pensar en su dolor. Estoy cansada shizun... ya no puedo sostener ni siquiera tus manos.

Solo un poco... quiero descansar por un momento...

Shizun, cuando despierte, lo prometo, dejaré de llamar a la persona equivocada.

Ah, que pena.

Ni siquiera ahora ella pudo verme con amor.

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Siento la luz del sol y a mi alrededor solo hay una tela fría, ¿dónde estoy? Apenas he abierto los ojos y no puedo sostener bien mi cabeza.

¡Ah! ¡Patas! ¡Tengo patas! ¡patitas! ¡Ja! ¡Y cuatro! ¡Rayos, no puedo ponerme de pie bien!

¿Mamá? Si he reencarnado eso quiere decir que tengo una nueva mamá...

Esperen... estoy en una... caja... era demasiado bueno para ser verdad.

¡Bien! ¡No queda de otra que avanzar! La primera parte es pararse bien. Eh~ ¡me tambaleo! Esto es difícil.

¡Awou!

Auch, eso dolió.

¡Una pata a la vez! ¡pata uno! ¡pata dos! ¡Avanti! ¡pata tres! ¡pata cuatro! ¡sigan a pata uno y pata dos!

Creo que así no era... °v°'

¡Ya qué!

No estoy tan chiquita, eso es bueno, sigo siendo torpe, eso es malo.

Mientras camino raro veo a mucha gente caminando a mi alrededor, soy una pequeña criatura tirada a un lado del camino, cuando aún era una flor siempre era lo mismo, ni tan hermosa para ser arrancada y ni tan fea como para ser pisoteada. El inclemente mundo a veces se burla del balance y solo atrapa los sueños llenos de esperanzas para que al llegar la noche sean solo eso, sueños.

-¡Ay, que linda! ¡Mamá, mira! ¡¿Podemos llevarla a casa?!

-A ver... ¡No, aléjate de ella, debe de estar sucia y llena de germenes! -dijo desdeñosa la mujer y tiró del brazo de su pequeña, y donde ella no escuchara susurró-: ...es hembra y además mestiza.

...

Me senté un momento en silencio.

Una planta sin gracia, un animal tirado, el mundo humano está lleno de prejuicios.

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