Capítulo 11

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V i o l e t a
📍Sydney, Australia.

Un mes, ya llevaba un mes entero con los chicos.

El frío en Sydney ya se estaba haciendo notorio. Muchas noches dormíamos tapados hasta arriba porque la temperatura podía llegar a bajar hasta los cinco grados.

—¿Qué tal si hacemos un buen chocolate caliente?—preguntó Michael mientras hacía fricción con sus manos tratando de darse calor así mismo.

—Te ayudo—hablé y rápidamente me levanté del sofá para seguir los pasos de Michael y entrar a la cocina.

Mi relación con este chico siempre iba a ser una de las más fuertes que tuve nunca. Él era el más atento, cuidadoso y bueno conmigo desde el principio a pesar que todos los demás también lo eran.

Pero mi conexión con Michael era única.

—Podríamos celebrar que hoy hace justo un mes que llegaste aquí—dijo mientras cogía todo lo necesario para calentar el chocolate.

—¿Fiesta?

—¿Qué tal si vamos a Harts Pub? tiene un ambiente tranquilo. Es perfecto para tomarnos unas copas—me respondió y él comenzó a mover el chocolate a fuego lento en la olla pequeña para luego agregarle algo de leche para que estuviese más líquido.

No le respondí ya que era obvio que si los demás se enterasen de la supuesta salida querrían ir. Me apoyé en la encimera y acomodé mi mentón en la palma de mi mano mirando como el rubio teñido preparaba la merienda:—Aún recuerdo cuando abrí la puerta de esta casa y dijiste: "¿Qué el amor platónico de mi infancia abriendo la puerta de nuestra casa?"—ambos reímos al recordar sus palabras y sobé mi nariz—Admito que me asustasteis, estabais borrachos.

—¡Ey, solo bebimos un par de vasos para hacer el vídeo!

—¡Llevabas en la cabeza una gorra por donde pasaba el alcohol de dos latas de cerveza!

—Ahí descubrí cuanto podía aguantar—hizo una breve pausa para suspirar—Qué buenos momentos...—ambos reímos a la vez para luego Michael disponerse a hacer tranquilamente lo que estaba haciendo.

Me recompuse sin dejar de mirar como Michael cocinaba. Su especialidad eran los Waffles, las tortitas y cualquier tipo de dulce que empalague demasiado.

—¡Dios, huele genial!—gritó Victoria entrando a la cocina mientras olisqueaba tratando de averiguar que estábamos cocinando.

Ella debió irse hace un par de semanas atrás pero los chicos quisieron que se quedara algo más de tiempo ya que Victoria podría ser de mucha ayuda al escribir nuestros álbumes.

La relación entre Victoria y Luke no iba más allá de ser más que amigos. Se llevaban genial y bromeaban mucho aunque a veces pienso que Victoria guarda secretos entre ellos dos.

En cuanto a Sierra, vino varias veces a casa cuando Luke no se encontraba en esta para ver a los chicos ya que ella se llevaban genial con ellos. Mi relación con ella varió algo desde lo que pasó en Paris pero hablamos en varias ocasiones de lo que ocurrió realmente y ella recapacitó y decidió hacer borrón y cuenta nueva.

—¿Cómo vais?—preguntó Michael alejándose un poco de la placa de la cocina y se dio la vuelta para hablar con Victoria.

—Bien, estamos escribiendo la séptima canción del álbum—habló y suspiró satisfecha—Será de amor y el vídeo oficial será genial si Andy y Ryan lo grabasen en tu boda.

Violeta Jackson | 5SOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora