Capítulo 17

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V i o l e t a
📍Sydney, Australia.

Mis ojos poco a poco se abrieron al ritmo de la música que estaba sonando de fondo. Sí, al parecer Calum había encendido la radio mientras dormía y eso que yo siempre había sido de tener sueño profundo.

—¡Argh!—me quejé y apreté mis puños contra las sábanas para luego levantarme. Me crucé ahora de brazos mientras anduve por los pasillos hasta encontrar donde se escuchaba la música ensordecedora—¿Qué es lo que te ocurre?

—Buenas tardes, dormiste mucho—me respondió con una bonita sonrisa para luego besar mis labios con delicadeza.

—Calum...

—¿Sí?—preguntó mientras movía su trasero al mismo tiempo que la canción que estaba sonando. Entre sus manos se encontraba una escoba que esta también estaba siendo movida al mismo ritmo.

—¿Estás limpiando la casa a las-...—me giré para mirar el reloj de la cocina—Casi a las nueve de la noche?

—¿Qué hay de malo en eso?

—Estás moviendo el culo con Thinking out loud de Ed Sheeran de fondo, ¡eso no es normal!

—¡Ey! déjame disfrutar de mi Eddie—gritó bromeando para luego soltar la escoba y de un movimiento rápido tomarme de la cintura y acercarme a él.

—Creo que me debes algo—hablé de una manera silenciosa y este enarcó rápidamente una ceja. Rápidamente me separé de él y miré hacia mi estómago ya que este rugió de una manera sobrenatural.

—Sí, una buena cena.

—Exacto.

—A la una, a la de dos y a la de tres diremos un restaurante para ce-...

—No quiero jugar, quiero ir al Mc'Donalds—le corté de repente e hice un pucherito con mi labio inferior y Calum rodó sus ojos.

—Está bien...—me contestó alargando la palabra—Siempre te sales con la tuya—dicho esto, saqué mi lengua como una niña pequeña y él sonrió muriendo de ternura.

—Iré a cambiarme.

—Puedo dejarte mis pantalones, ten, están secos—rodé mis ojos viendo como el morocho me tendió los pantalones negros anchos de pijama.

—Vamos al Mc'Donalds, no voy adecuada-...

—Calla Violeta, no seas molesta—se quejó de mala gana y yo me crucé de brazos con mi ceño fruncido—Tomaré las llaves de la furgoneta, en el cajón de la entrada hay una copia.

—¿A caso tienes carnet de conducir?

—¿A caso crees que cogería un coche sin saber conducir?

Rodé de nuevo mis ojos y resoplé. ¿Realmente iba a ser una cita formal? ¡Me sentía horriblemente vestida!

Delante de él, bajé mi mirada y tomé suavemente sus pantalones para deslizarlos lentamente sobre mis piernas. Calum no dejó de mirar ni un solo momento y cuando levanté la vista, él se encontraba mordiendo su labio inferior con dureza:—¿Cómo te puedes ver tan sexy subiéndote unos miserables pantalones de pijama?

Violeta Jackson | 5SOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora