Capítulo 18

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V i o l e t a
📍Sydney, Australia.

—Violeta.

Mis ojos volvieron a aguarse a la misma vez que la otra persona repetía mi nombre constantemente detrás de la puerta de mi habitación.

—Lo sabía, lo sabía—me repetía a mi misma con mis manos en la cabeza. Las lágrimas que caían por mis mejillas eran de dolor más que de tristeza.

Boo... ¿podemos hablar?

—Juro que como me vuelvas a llamar así te patearé el trasero de una buena vez, Hood—grité mientras apretaba mis puños con fuerza contra las sábanas de mi cama—Estoy cansada de ti y de tus actitudes. Pareces un crío.

—¿De mi y de mis actitudes? Violeta, te enfadaste conmigo por un juego. ¿Quién es la que se comporta como una cría? ¿Yo? mh-mm...

Me levanté de golpe de la cama y abrí con fuerza y mala gana la puerta para encontrármelo de frente, cara a cara. Volví a apretar mis puños con fuerza al ver como sus labios se curvaban en una sonrisa:—¿Estás sonriendo? ¿te estás riendo de mi?

—¿Esto es en serio Violeta?

—¿Me ves con cara de qué esté en broma?

—Lo que decía...—rió ahora cabizbajo—Parece que tienes tres años. Madura un poco.

Y pareció que mi cuerpo se congeló en ese instante.

Natalie apareció tras de Calum y acarició lentamente y de una manera coqueta su hombro. Me sentí en el mismo infierno en ese momento, lo juro.

—¿Bajáis? ya nos vamos—comentó con una sonrisa en su rostro. Sus ojos se achinaron mostrando toda su felicidad.

Calum sacó su móvil del bolsillo para revisar la hora en su móvil. Marcaban las 4:00 am, ya era lo bastante tarde para que aun siguieran todos allí. Mañana sería un largo día.

La pelinegra de ojos azules como el cielo se dio la vuelta para irse pero antes de hacerlo, le guiñó un ojo al morocho. Este reprendió todas sus ganas de esbozar una sonrisa ya que yo me encontraba justo en frente de él pero si no lo hubiese estado, estoy cien por cien segura que lo hubiese hecho.

Y es lo que más miedo me daba.

—¿Quieres qué-...

—No, despídete tú—le respondí de mala gana y este frunció sus labios tratando de entender mi comportamiento. ¿Me estaba comportando de una manera celosa y compulsiva? De hecho, sí pero así es como me sentía ante Natalie y Calum. Se veían como... La pareja perfecta—Gracias por estropear nuestro día, Calum.

Dicho esto, anduve varios centímetros hacia atrás sin dejar de mirarle y cerré la puerta de mi habitación con la palabra en la boca. Tal y como la última vez que ocurrió lo mismo.

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—¡Buenos días Violeta Jackson, es hora de despertarse!—gritó Victoria subiéndose en mi cama para luego comenzar a saltar en esta con alegría.

—¿Cómo te puedes levantar con tanta energía?—me quejé y me revolví en mis sábanas.

—Que simpática—se burló y luego paró de saltar para acostarse a mi lado—Tenemos mucho trabajo, ¿lo sabes no?

Violeta Jackson | 5SOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora