Capítulo 22

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(+18)

V i o l e t a

📍Mount Druitt, Australia

—¿Puedo abrir ya los ojos?

—Por enésima vez Violeta, no—hizo una breve pausa y se bajó del coche dejándome sola en este, pero segundos después, Calum abrió mi puerta y por mi seguridad, seguí con mis ojos cerrados—Ya puedes.

Abrí mis ojos a la misma vez que bajaba del coche. Entreabrí mis labios intentando averiguar donde carajos me encontraba y el morocho se percató de eso al instante:—Bienvenida a mi antiguo hogar, estamos en Mount Druitt.

—¿La casa está habitada?

—Claro que sí, es más quiero presentarte a alguien. ¿Éstas lista?

—Me tiemblan las piernas de nervios y de frío pero en realidad sí, sí lo estoy.

—Bien—dicho esto, el morocho agarró una de mis manos con fuerzas para así poder dirigirnos y adentrarnos en la casa, no sin antes cerrar el coche. Él tenía su propia llave y con esta misma entramos.

Varias luces de la casa se encontraban encendidas y también la televisión del salón, aunque la luz de esa sala no. Una ola de calor se hizo presente tan solo al entrar en la casa ya que la chimenea del salón se encontraba encendida:—¿Calum, eres tú?

Una voz femenina.

Ángelical, dulce y femenina.

—Te dije que vendría en estos días—habló Calum mientras colgaba su chaquetón en el armario de la entrada. Él me hizo un gesto para que yo me lo quitara y lo colgara justo al lado del suyo.

—¿Vienes con-...

—Sí, ella es Violeta Jackson, creo que ya sabes quien es—una chica rubia de rasgos parecidos al morocho se dirigió a nosotros y se paró justo en seco al verme.

—Hola, encantada—saludé mientras sonreía. Alargué mi brazo y tendí mi mano para que ella la tomara como en forma de saludo, pero eso jamás nunca ocurrió ya que la chica rubia se abalanzó contra mí y me abrazó muy muy fuerte.

—¡Dios Violeta, estoy encantadísima de conocerte, el gusto es mío reina!—ella se separó de mi para hablar y volvió a agarrarme con fuerza una vez que terminó. Yo no dudé un segundo en devolverle el abrazo también.

—Parece que le has caído bien, ¿no?—comentó Calum mientras veía la escena con ternura.

—Como para que no me cayera bien... solo escuché cosas buenas sobre ti—se separó para hablar cara a cara conmigo—Y ya sabes quién me pudo hablar bien de eso, ¿no?—ella elevó sus cejas y las movió haciéndonos reír ante su gesto y comentario—Por cierto, soy Mali-Koa, hermana mayor de este desastre de persona—se presentó y finalizó señalando a Calum y reí. Ella era muy buena gente.

—¡Ey!

—¡No me digas qué ni tú mismo piensas que eres un desastre!—gritó y se cruzó de brazos—Dejémonos de tonterías y entrad, la cena esta casi hecha.

Di varios pasos hacia adelante y me fijé en cada detalle de la antigua casa de Calum. Era muy bonita, colorida y espaciosa. Era como la casa que perfectamente querría para vivir en un futuro:—¿Te gusta mh-mm...?

—Sí, es muy bonita—comenté mientras seguía visualizando todo.

Mali-Koa se metió en la cocina para seguir cocinando la cena, que a su favor, olía bastante delicioso y sin previo aviso, Calum agarró de nuevo mi mano con fuerza hasta guiarme hacia unas escaleras. Él las subió delante mía hasta llegar a la segunda planta. Había un par de habitaciones cerradas y un baño.

Violeta Jackson | 5SOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora