Capítulo 3

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Capítulo 3:
"Gracias por salvarme"


Boscha se dirigió como una bala humana a su casa. Lloraba y sufría sin control. Era la primera vez en toda su vida que alguien le decía que su padre abusaba de ella. Y eso NO era cierto. La estúpida casi-bruja estaba equivocada. Sólo por el simple hecho de que ella tuviera una absurda familia feliz, no significaba que su familia estuviera mal. Boscha era feliz. Muy feliz. ¿Cierto?

Entró a su casa y como siempre, estaba sola. Sus padres trabajan en el negocio familiar (tema de adultos).
En la mansión sólo habían personas que trabajaban allí. Limpiando o cocinando.

Subió por las enormes escaleras de mármol blanco. Se encerró en su cuarto antes de que alguien la viera. Sollozó contra la puerta, sentía un enorme ardor en el lado izquierdo de su pecho. Le dolía demasiado. Se sentó en el piso, con la espalda contra la puerta. Abrazó sus rodillas con sus brazos y escondió su rostro entre ellos.

Las paredes de su cuarto adornadas con repisas desbordando trofeos la hacían sentir claustrofóbica. Sentía que las paredes se iban cerrando poco a poco, cada vez más y que una avalancha de copas vacías la terminaría por ahogar.

— Basta. Por favor. – suplicó a quién estuviera escuchándola, jugando con su destino.

Odiaba a Willow, por que ella siempre la iba a odiar. Mordió su labio inferior hasta el punto de sentir ese sabor metálico en la boca. Willow nunca estaría con ella. Nunca. Y ahora la nerd conocía sus sentimientos. Boscha se golpeó el pecho y aferró su mano derecha a su corazón tras recordar la cara que la casi-bruja había puesto al escuchar su: "te amo". Lo apretó con fuerza, arrugando la tela de su uniforme, queriendo sentir sus latidos. Queriendo recordar que seguía viva. Las lágrimas caían sin control y aunque abriera los ojos, no podía ver nada.

Muchos trofeos, muchas medallas, muchos espejos que reflejaban a la gloriosa Boscha, la cual ahora se sentía todo menos gloriosa. Era una habitación en la que no se sentía cómoda. Una habitación diseñada por su padre.

¿Cuando se iba a terminar... ese agonizante dolor que recorría cada hueso de su cuerpo?

XXX

Willow se empezó a preocupar cuando no vió a Boscha en la escuela el día siguiente. Tampoco al siguiente, ni al siguiente. Según los profesores, tenía un fuerte resfriado. Pero Willow sabía que eso no era cierto. Se sentía culpable por hacer sentir a Boscha así de mal. Quizás ella se había equivocado al intentar hablar. Quizás Boscha no hablaba de sus sentimientos por algo.

Cambiando de tema, Boscha le había dicho que la amaba. ¿Era eso cierto? Es decir, ¿Cómo podía serlo? Boscha no había hecho más que torturarla durante sus estudios en Hexside. Golpearla, insultarla... No podía amarla realmente. Seguro que se había confundido. Encima después le había dicho que la odiaba. Pero...
Su rostro volvió a sonrojarse luego de pensar en aquel desesperado: "te amo".
¿Acaso ella quería que ese sentimiento por parte de la pelirosa fuera real?

No, no, no, un millón de veces no. Willow la odiaba. Boscha era tan malvada y linda. Digo cruel y despiadada. Y si, quizás su padre era una basura, pero tampoco vamos a decir: "pobre Boscha, su padre la maltrata. Vive sola en su inmensa mansión, con sus cocineros y mayordomos, contando los días para heredar la infinita fortuna de su familia. Uy no, que terrible". Si, bueno, Willow no sentía precisamente envidia de la triclople, pero tampoco lástima.

Cuatro días habían pasado desde aquella tarde en el invernadero. Willow se encontraba guardando los libros en su casillero. Estaba perdiendo las esperanzas de volver a ver a Boscha. Caminó por el pasillo en dirección al invernadero, allí sería su siguiente lección.

"Te odio" Boschlow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora