Capítulo 9

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JAJAJA Feliz día de los inocentes (atrasado). La historia sigue ;)

Capítulo 9:
"Estudiando como amigas"

Boscha se sintió súper aliviada cuando al llegar a su casa por primera vez, Rucio, su mayordomo, le informó que sus padres habían salido por un viaje de negocios. Tenía aproximadamente una semana de libertad. La mala noticia, su padre le envió un mensaje por penstagram: "No importa lo que digan los médicos. Ve a la escuela de inmediato. Retrasas tu educación".

Boscha se dejó caer sobre el sillón. Su padre realmente era un cretino. Tiró su muleta, estaba harta de usarla, aunque a la vez sabía que no podía caminar sin ella. Cerró sus ojos, decidida a descansar un rato.

— Señorita Maschemist. – llamó su atención. Boscha abrió los ojos para encontrarse con Rucio. – Le traje un vaso de jugo, se la ve exhausta.

— Gracias. – dijo aceptándolo y bebiendolo.

— Es una enorme alegría verla de regreso. ¿Se ha recuperado bien?

— Si. Estoy perfecta. – mintió. – Rucio, ¿Podrías poner estas flores en agua por favor? – pidió mientras le extendía el ramo que había comprado para Willow, su nueva amiga...

— Por supuesto. – las aceptó. – ¿algo más?

Rucio era un hombre muy formal, alto, de cara alargada y rasgos filosos. Tenía 50 años, de los cuales 30 había servido a la familia Maschemist. Ojos negros y poco cabello castaño. El hombre se negaba a aceptar la calvicie.

— No, gracias.

Con un asentimiento de cabeza, se retiró con el ramo de flores.
Boscha se quedó sola, frente a la chimenea ardiente. El invierno se acercaba, y la mansión era la construcción más fría de las Islas Hirvientes.
Su penstagram sonó.

Skara: ¿Cómo te fue?

Boscha: Bien. Pudo ser peor.

Skara: ¡GENIAL! ¿Celebramos? ¿Voy a tu casa?

Boscha: No, espe....

Ni siquiera terminó de escribir el mensaje cuando el timbre sonó. La cara de Boscha se estampó contra el apoyabrazos del sillón. Necesitaba un minuto de silencio. Un minuto...

Skara entró como un tornado. Se había cambiado de ropa. Ya no llevaba el uniforme de Hexside, entonces vestía un vestido rosa.

— ¿Y? ¿La besaste? ¿Le gustaron las flores? ¿Le dijistes que la amas sin agregar el "te odio"? ¿Abrazos? ¿Más besos? ¿Le diste la hebilla? ¿Le colocaste la hebilla acariciando su cabello?

— No. Más o menos. Si. Si. No. Si. Ella se la colocó sola.

— Independiente, me agrada. – le guiñó un ojo.

— Skara, estoy un poco cansada.

— De acuerdo. Cantaré una canción para dormir.

— No es... – suspiró. – Olvídalo. – la dejó proseguir.

Skara tenía una voz fabulosa. Poca gente podía llegar a esos tonos. Lo hacía de forma natural. En pocos minutos, Boscha se quedó dormida mientras veía las llamas de la chimenea bailar con el canto.

"Te odio" Boschlow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora