Capítulo 13

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Capítulo 13:
"Justicia"


Skara la acompañó hacía la casa de los Parks. Boscha se sentía tan avergonzada. ¿Por qué Willow tenía que estar siempre cada vez que ella estallaba?

Skara se fue, Boscha le dijo que estaba bien, era algo que tenía que hacer sola. Se armó de valor y tocó la puerta.

Se abrió para revelar a un gigante moreno con un delantal de cocina, tronando sus nudillos.

— Tu... – masculló.

— Cariño, déjala pasar. – habló el doctor desde dentro.

El musculoso del aquelarre de construcción se apartó, haciendole señas de que la tendría vigilada. Honestamente no le molestaba, entendía los motivos detrás de los gestos.

— ¿Estás lista? – preguntó el Doctor Park mientras se acomodaba los lentes.

Asintió y avanzó. Observó detenidamente a sus alrededores. La casa era pequeña, pero acogedora. Con hermosos muebles de madera y una chimenea encendida. El olor a comida casera indicaba que alguien estaba cocinando.

— ¿Boscha? – preguntó, bajando por las escaleras a la derecha del living. – ¿Te encuentras bien? – ¿Cómo podía ser tan tierna? Su cabello mojado y su rostro limpio la hizo percatarse de que se había bañando recientemente. Se podían ver algunas gotas sobre su piel y el vapor que emergía de esta.

— Ahora no, cielo. – las interrumpió. – Debemos atender esas heridas. – le indicó a la triclople que se dirigiera a una pequeña habitación que funcionaba como el consultorio privado del doctor. Boscha le dedicó una arrepentida mirada a Willow. Se sentó en la camilla, el Doc cerró la puerta. – ¿Dolores, síntomas que quieras compartir?

— Estoy escu... Cof cof – tosió descontroladamente. Se tapó con su mano, la cuál quedó empapada en sangre.

— Eso supuse. – dijo mientras caminaba hacia el armario en una esquina del cuarto. – Cuando vi ese golpe, supe que el hechizo se habría quebrado. Te di el alta a pedido de tu padre para que te recuperaras en estado de reposo en tu casa. No para que enfrentaras dragones. No estás en condiciones de pelear. – dejó un frasco con un líquido naranja sobre su escritorio.

— No es cómo que tenga alternativa, Doc... – murmuró.

— También se eso. Quítate la remera. – Lo hizo tal cual se lo ordenó. El señor Park reparó en las manchas rojas de las vendas. Suspiró. Había mucho que reparar allí.

El doctor dibujó un círculo de magia que creó esposas que ataron las extremidades de Boscha a la camilla.

— Te dolerá. Intenta pensar en otra cosa.

Llevando toda su magia azul a las palmas de sus manos, las colocó algunos centímetros arriba del pecho de Boscha.

— ¡Ahhh! – se aferró a la camilla, haciendo que sus uñas se enterraran en ella. – ¡Basta! ¿Qué hace? – Todo dentro de ella se estaba incendiando. – ¡AHH! – Pocas veces había sentido tanto dolor de forma tan prolongada.

— Boscha! – Willow abrió la puerta de un portaso. Corrió hacia el consultorio ni bien oyó los gritos.

— Willow, vete. Sólo vas a distraerla. Necesitamos privacidad. – sentenció sin desconcentrarce de su labor. Acelerar el proceso de regeneración ósea podía ser muy invasivo. No era un tratamiento recomendable. Pero visto y considerando la fecha límite que tenían, no quedaban opciones.

— ¡No! No me iré a ningún lado. ¡Me quedo! – dijo mientras corría hasta situarse junto a Boscha, quién no dejaba de retorcerse. Colocó sus manos sobre la de ella, haciéndola saber que no la dejaría sola. Dejó de gritar y de moverse tanto.

"Te odio" Boschlow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora