Capítulo 20

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Capítulo 19:
"Fin"

Abrió sus ojos levemente, sintiendo el calor de quién dormía a su lado. El rostro de la chica pegado a su espalda y aquellos fuertes brazos abrazándola.

- ¿Boscha? - preguntó. La oía sollozar por lo bajo. Casi inaudible contra su piel. - ¿Estás bien? - sintió cómo la triclope la abrazaba con más fuerza. - ¿Qué sucede?

- Por favor, solo quédate así... Tan sólo unos minutos. - murmuró por fin.

Estaba agotada y mareada. Cerró sus ojos, envolviendose en los brazos de su capitana. Sintió las lágrimas de la heredera humedecer su espalda, sin comprender su causa. Sentía calor en sus mejillas y respiraba con pesadez. Sin fuerzas, se vió sumergida en la oscuridad. No le hizo falta mucho tiempo para quedarse dormida.

...

Se despertó sola y con un fuerte dolor de cabeza.

No había nadie consigo. No tenía ningún brazo rodeándola, ningún aliento chocando contra su piel, no habían rastros de cabello magenta y la cama estaba más fría que nunca.

No habían palabras suficientes para expresar su agudo dolor. La frente le dolía horrores. Y se sentía a bordo de una calesita sin frenos.

Se sentó al borde de la cama, intentando recordar algo de lo sucedido. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado?
Vió la chaqueta de grudgby de Boscha en el suelo junto con sus shorts blancos.

Flashes invadieron su mente. Recordó los labios de la heredera sobre su cuello, sus manos acariciando su cuerpo, sus colmillos mordiendo sus labios... Un escalofrío la recorrió de pies a cabeza haciendo que su piel se erizara. ¿Había pasado algo más esa noche? No podía afirmarlo, ni negarlo. Su mente estaba en blanco. Sólo se guiaba por leves corazonadas o sensaciones. Fuera de eso no tenía ninguna certeza, exceptuando que su cabeza la estaba matando. Eso sí era certero. Todos los muebles a su alrededor daban vueltas, girando a máximas velocidad.

Suspiró, triste por su amarga soledad. Miró hacia un costado, sus ojos se abrieron cómo cofres de tesoro. Se puso de pie y retrocedió, asustada. Observó durante largos segundos, incapaz de asegurar si aquello que veía era real o no. Quizá solo estaba alucinando. Se colocó sus lentes para poder corroborar.

La otra almohada y el otro sector de sábanas estaban manchados de sangre. Charcos de un tamaño considerable. Se acercó. Pasó sus dedos por aquella anomalía. Estaba húmeda, la yema de sus dedos quedó impregnada de ese líquido rojo.

Se colocó la chaqueta rosada y sus shorts, se tambaleó hasta la puerta. Esa sangre no era suya. Por lo tanto solo podía ser de una persona. Y esa idea no le agradaba.

Bajó las escaleras recargandose en la baranda. Estaba tan mareada que por poco cae más de una vez.

Al llegar al living de la cabaña se encontró con pilas de adolescente durmiendo. Algunos con suerte dormían en sillones, colchones, o montículos de ropa. Otros, no tan afortunados, estaban desmayados en el piso. ¿Qué diablos había pasado anoche?
Recordó una fiesta, estar bailando, la música, la arena bajo sus pies...

- Buenos días, Willow.

Se volteó ante aquella voz.

- S-Skara. - dijo sobresaltada.

- Wouw... - murmuró la cantante sorprendida. Examinandola con una sonrisa.

- ¿Qué pasa?

- Nada, no, no, olvídalo. No es nada. - rió. - Veo que eres de las mías.

"Te odio" Boschlow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora