7.

579 34 2
                                    

Alison

-¿A dónde vamos? - Dije cuando vi que se metía en un bosque.

-Ahora te lo diré, confía en mí.

-Que estémos en un bosque no me transmite mucha confianza.

Tras unos 5 minutos más de trayecto aparcó delante de una pequeña cabaña marrón.

-Este es el sitio al que vengo cuando quiero pensar y tal, era de mi abuelo y cuando falleció me la dio.

-Oh vaya, lo siento mucho.

-No lo sientas, fue hace mucho, y mira que cabaña más preciosa por dios. - Dijo abriendo la puerta.

La cabaña era sencilla, tenía un salón pequeño con una chimenea y una tele al lado, un sofá y una pequeña mesa de café, la cocina estaba a la derecha y era pequeña y sencilla, con una mesa para 4 personas, había 2 puertas que supuse que serían una habitación y un baño.

-¿Es tuya entera?

-No, solo la mitad. - Dijo en tono burlón.

-Muy gracioso, ¿y por qué me la enseñas?

-Porque eres mi amiga. - Le sonreí ante eso y seguí mirando la cabaña.

-Tú también eres mi amigo. - Dije chocando mi hombro levemente con su brazo, ya que era considerablemente más alto que yo.

-Me siento halagado. - Dijo llevándose una mano al corazón y riendo. - Y bueno este es mi pequeño sitio de felicidad.

-Parece acogedor.

-Créeme que lo es, antes veníamos aquí a pasar los fines de semana en familia.

-¿Por qué dejasteis de hacerlo?

-Porque ya no se podía hablar de familia, mi padre se fue y bueno... - Su mirada se oscureció y yo le cogí la mano como acto reflejo, él se sorprendió y se tensó un poco, alejé mi mano rápido avergonzada y siendo consciente de que mi cara era del mismo color que un tomate.

-No puedo decir que te entienda, yo nunca he tenido problemas de esos y tampoco sé lo que te pasó. - Me miró con una pequeña sonrisa y yo le sonreí de vuelta.

-No es algo de lo que me guste hablar. - Se veía incómodo así que preferí no insistir, si me lo contaba sería cuando él quisiera.

-Tranquilo, no pasa nada si no me lo cuentas.

Abrió una de las puertas y vi lo que parecía ser una habitación, tenía una cama doble sencilla en el centro, con 2 mesitas de noche a los lados, el suelo era de parqué y las paredes de madera, en el centro de la habitación había una gran alfombra blanca, que hacía juego con el armario y las baldas del mismo color.
Había una gran ventana que daba a la parte de atrás del bosque, pero solo se veían árboles y más árboles.

-¿Te gusta?

-Sí, es muy bonita.

-La decoré yo, bueno, con ayuda de mi madre.

-Tienes buen gusto.

Sonrió y salió del sitio, se sentó en el sofá y al yo no saber que hacer hice lo mismo. Estuvimos en silencio unos minutos pero no era incómodo, al contrario, era bastante cómodo, en sí estar con él era cómodo.

Te estás encoñando.

Conciencia te odio.

Me amas.

Ya claro, lo que me faltaba. Ahora hablo con mi conciencia.

-¿Quieres ver algo? - Dijo señalando la tele.

-Oh, por mí bien.

-¿Has visto civil war?

-¿El qué? - Pregunté, él me miró como acabase de haber dicho una barbaridad. - ¿Qué pasa?

-No puedo creerme que hayas visto civil war.

-No he visto civil war la verdad.

-Es una película de Marvel, muy famosa.

-Prefiero DC. - Y otra vez esa cara, creo que tendría que cerrar el pico antes de que me mate.

Efectivamente, deberías.

Conciencia te odio.

-Como me digas que superman supera a batman te echo.

-Vaya por dios, me tendré que ir entonces. - Me levanté pero él me cogió del brazo, tropecé con mis propios pies y caí sobre él, no me atrevía a mirarlo porque sabía que nuestras caras estarían a escasos centímetros.

Sube la cabeza, si ambas queremos.

Tú y yo somos la misma persona.

Yo soy más racional.

Ya claro.

Tras esa pequeña charla con mi conciencia me atreví a mirarle, su mano aún estaba en mi brazo y él me miraba totalmente serio. Entonces le fije en sus ojos, tenía ligeras manchas verdes y eran muy bonitos.

-Batman es mejor. - Me levanté de golpe y le miré con los ojos abiertos como platos.

-¿Perdona? No, batman solo es millonario.

-El peor enemigo de superman es una roca. - Dijo con una sonrisa gigante.

-Y el de batman un payaso. - Dije rodando los ojos, puso la peli y la vimos en silencio, con una pequeña distancia de seguridad.

Cuando la peli terminó apagamos la tele y justo mi teléfono empezó a sonar, casi me caigo del susto al ver quién me llamaba.

-Hola mamá. - Dije tratando de sonar lo más dulce posible.

-ALISON MARIA ASPEN MILLER DIME DÓNDE ESTÁS. - Gritó mi madre de tal manera que hasta Kevin se asustó.

-Con un amigo. - Dije dulcemente de nuevo.

-¿CON UN AMIGO? TU TÍA HA IDO A DEJAR A TU HERMANA Y NO ESTABAS, TENDRÍAS QUE ESTAR ALLÍ.

-Yo... Lo siento mamá.

-Oh claro que lo vas a sentir, vuelve ahora mismo. - Negué con la cabeza enfadada y decidí encararla.

-No mamá.

-¿CÓMO? REPÍTELO.

-Que no, no voy a hacer tu trabajo.

-ALISON, YO ME MATO A TRABAJAR PARA QUE TENGÁIS UN BUEN FUTURO Y SEÁIS HIJAS DIGNAS, NO PARA QUE AHORA TE VAYAS CON EL PRIMER TÍO QUE SE TE CRUZA. - Ya me había enfadado.

Patéale el culo nena

-Es un amigo eso lo primero. Y no mamá, no voy a ir porque no soy niñera de nadie.

-Ya hablaremos tú y yo jovencita. - Y sin decir nada más colgó.

Kevin me miraba entre asombrado y asustado y yo inconscientemente sonreí un poco, este chico me ponía de buen humor.

-Creo que mejor vamos volviendo.

La Última Noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora